Pablo Carrasco, uno de los fundadores de Conexión Ganadera, se reunió este martes con los inversionistas para abordar la crítica situación económica de la empresa de inversiones, que registra un pasivo de 250 millones de dólares.
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SUSCRIBITEEn la intervención Carrasco asumió su responsabilidad y planteó posibles estrategias para afrontar la crisis.
Pablo Carrasco, uno de los fundadores de Conexión Ganadera, se reunió este martes con los inversionistas para abordar la crítica situación económica de la empresa de inversiones, que registra un pasivo de 250 millones de dólares.
En la intervención Carrasco asumió su responsabilidad y planteó posibles estrategias para afrontar la crisis, entre las cuales destacó que la empresa deberá ir inevitablemente a concurso.
En su discurso, Carrasco aseguró: “Aquí estoy, para poner la cara, no me voy a ningún lado porque yo soy el 50% de Conexión Ganadera. Frente a los inversores y frente a la Justicia, ante ambos yo no me saco esa responsabilidad”. Con estas declaraciones, buscó desmentir rumores sobre un supuesto viaje a España.
El empresario reconoció errores y omisiones en la gestión de la empresa, pero subrayó que no todos los problemas son atribuibles a una sola persona. “Con mi socio, Gustavo Basso, tuvimos un acuerdo tácito durante 25 años: yo era el hombre del terreno, dedicado a los campos y a armar una marca de carne, mientras que él manejaba las finanzas, una tarea en la que confié plenamente”, expresó Carrasco. Agregó que no tenía acceso a las cuentas de la empresa y que la confianza en su socio fue clave en la división de roles.
En cuanto a la situación financiera, Carrasco informó que ha iniciado conversaciones con la firma RSM para que realice una auditoría, además de las investigaciones que puedan ser solicitadas por la Justicia.
Carrasco presentó posibles salidas para mitigar las pérdidas. Una de ellas consiste en una "liquidación inteligente" del ganado, buscando maximizar el valor de los animales mediante ventas estratégicas en los momentos más adecuados. Otra opción sería integrar un nuevo socio estratégico que tenga intereses en la producción de carne o en proyectos relacionados con carbono.
“No se trata de realizar un remate masivo que podría generar millones de dólares en pérdidas, sino de tomar decisiones que protejan el valor de los activos. Asimismo, la entrada de un socio que necesite 20 mil toneladas de carne anuales o dos millones de toneladas de carbono podría ser una alternativa viable”, explicó.
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