24 de octubre de 2024 - 08:00 El miércoles por la tarde, la previa del partido de ida por la semifinal de la Libertadores entre Peñarol y Botafogo se convirtió en una batalla campal. Decenas de parciales carboneros se vieron envueltos en graves incidentes tras enfrentarse con hinchas del club brasileño y las autoridades de ese país.
En el punto de encuentro de los mirasoles, fueron llegando fanáticos, no solo de Botafogo sino que también se registraron varios de Fluminense y Flamengo, qué arremetieron contra los uruguayos.
En este marco, y a medida que la tensión fue escalando, comenzaron a arribar policías dispuestos a reprimir, pero que no habían hecho lo mismo para evitar el choque entre visitantes y locales.
Las diferentes imágenes que llegaban desde el vecino país, hablaban por sí solas: balas, golpes, gases lacrimógenos, comercios vandalizados y saqueados y el impactante incendio de un ómnibus uruguayo.
En primera instancia, a nivel deportivo, ni bien se tomó conocimiento de lo qué estaba pasando hubo una intervención por parte de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). En este sentido, su presidente, Ignacio Alonso, se contactó con autoridades de Conmebol, la Secretaría Nacional del Deporte (SND) y Cancillería.
Alonso solicitó coordinar medidas para que los hinchas pudieran ingresar al partido qué aún no se había concretado. Asimismo para que, tras el encuentro, pudieran regresar a nuestro país en la forma prevista".
Intervención de Cancillería
Luego del operativo inicial, más de 250 uruguayos quedaron detenidos en Brasil. Según supo Telebuendía, el consulado uruguayo en Río de Janeiro trabaja intensamente con las autoridades brasileñas para ver qué sucede con estos ciudadanos.
Por el momento, aunque no hay comunicados oficiales, las perspectivas son inciertas para la liberación de los implicados ya que algunos podrían permanecer allí durante varias semanas.