Desmarcado de “sus amigos”
El exrugbier sostuvo que la pelea en el boliche “Le Brique”, de la localidad de Gesell, empezó porque Báez Sosa le pegó una piña a Matías Benicelli, otro de los condenados. Thomsen agregó que luego, ya en la vereda, la víctima les hizo una burla que desencadenó la violencia.
Aunque admitió que participó de la golpiza, aseguró que varios de sus amigos tuvieron esa madrugada un rol fundamental y señaló a alguno de ellos: “La primera piña a Fernando Báez Sosa se la pegó Enzo Comelli. Le pegó y yo fui atrás a meterme en el grupo de personas. Empecé a tirar patadas al aire y después me enteré que yo sí le había pegado a Fernando. Es algo que pasó y yo no me voy a esconder. Desde el primer día quise contar todo, pero a mí no me dieron nunca una oportunidad”, declaró.
“Particularmente con el grupo que fuimos a Gesell, era un grupo que teníamos solo para irnos de vacaciones porque era ocasional. Yo tengo muchos grupos de amigos que me he hecho siempre con los del colegio y los de la facultad y con este grupo en particular nos íbamos de vacaciones, teníamos un grupo que era para organizar las vacaciones”, agregó.
Durante la nota hecha por TN, Thomsen lloró más de una vez y le dedicó unas palabras a los papás de Fernando, con quien dijo que nunca tuvo la oportunidad de hablar. “Siempre quise pedir perdón, pero también sé que el perdón no es suficiente”, afirmó.
El rugby y el vínculo con la violencia
Consultado sobre el hecho de haberse dado a conocer como “los rugbiers” y las polémicas suscitadas en torno a la posible vinculación del deporte y la violencia, Thomsen negó ese nexo: “Jugué ocho años al rugby y nunca tuve ni una tarjeta amarilla. La violencia en el rugby es cero, tiene muchos valores hermosos, es todo lo opuesto, esto no tiene nada que ver con el rugby, es una cuestión social, que uno sale a la calle y hay violencia, y la violencia siempre trae más violencia”.
Entre lágrimas, se defendió y dijo que no se siente “un asesino”. “Lo único que quisiera es volver el tiempo atrás para que nadie tenga que perder una vida”, afirmó.
La versión que apunta a Báez Sosa como incitador
“La primera piña a Fernando Báez Sosa se la pega Enzo Comelli”, relató Thomsen. No obstante, según el joven condenado, todo inició dentro del boliche cuando el fallecido golpeó a uno de sus amigos. La situación tuvo intervención de parte de la seguridad del local y fueron sacados a la fuerza. El golpe a Fernando en la puerta del boliche fue motivado “porque era el que le había pegado a Matías”, indicó.
“Le pegó y yo fui atrás a meterme en el grupo de personas. Yo me acuerdo que siento que me pegan una piña en el mentón y empiezo a tirar patadas al aire. Después me enteré que yo sí le había pegado a Fernando. Es algo que pasó y yo no me voy a esconder de algo que pasó”, afirmó.
“Yo solo me acuerdo que entré a tirar la patada, no tenía noción de lo que estaba haciendo. Sí sabía que me estaba metiendo en una pelea, en mi cabeza solo pasaba eso”, dijo.
La huella de su zapatilla en la cara de Fernando
El exrugbier contó su versión sobre la pericia que mostró la huella de su zapatilla en la cara de Baez Sosa: “Yo estuve ahí, sí participé, le pegué, pero nunca quise que terminara así. Es difícil porque también es un cargo de conciencia importante, porque cuando uno no lo busca, no se la espera y no espera estas consecuencias…pensar que es una persona igual que nosotros, con las mismas ideas, joven y cargar con la conciencia de que fue por culpa de nosotros, mía también, de todos, pero nadie lo quiso así, estoy seguro, ni yo, ni mis amigos, nadie quiso que esto pasara”, agregó.
“Cuando vi en el juicio que estaba mi zapatilla, dije ‘sí, es mía’, porque yo nunca me quiero esconder de lo que pasó, pero realmente quiero que si somos culpables de algo, que nos culpen por lo que pasó, no por algo que dicen que pasó”, indicó de forma tajante.
“Nunca pensé que habíamos matado a Fernando, no soy un asesino”, dijo. “Podemos ser buenas o malas personas, pero sé que ninguno de nosotros quiso que esto pasara, que esto terminara como terminó, pero no por estar acá adentro y ni por nada de eso, sino porque es una vida y nadie es quién para quitarle la vida a otra persona”, sostuvo.
Una defensa contraproducente
Thomsen relató cómo fueron los minutos previos a la pelea que desencadenó el crimen de Fernando: "Yo eso me lo acuerdo bien. Yo estaba agarrado de la barra. Estaba de espaldas a la pista y siento, ya no era un choque, sino que alguien se me había caído encima y cuando me doy vuelta era Matías que se estaba agarrando la cara y yo me di vuelta sorprendido y le digo ‘¿Qué te pasó?’ y me dicen ‘me pegaron’".
Sobre los minutos previos a la pelea que desencadenó el crimen de Fernando, Thomsen agregó: "Ahí le digo: ‘¿qué te pasó?’. ‘Me pegaron’, dice, y ahí al toque lo agarró un seguridad y lo agarra del cuello y lo levanta y yo le digo: ‘por favor, bájalo que lo vas a matar’ y me dice: ‘¿Qué, sos el amigo?’. Yo le digo, ‘sí, sí es mi amigo’, y dice: ‘bueno, sáquenlo él también’".
Para el exrugbier su defensa no fue la adecuada desde un primer momento. Hoy bajo la representación del mediático Francisco Oneto, el condenado a perpetua busca la revisión de su sentencia, basado en falencias en su proceso: “Desde el primer día quise contar todo, pero a mí no me dieron nunca una oportunidad de poder contar lo que había pasado. Siempre nos decían que no, porque podía ser contraproducente o que podían usarlo en nuestra contra y yo no lo veía así. Yo lo veía de otra mirada, yo quería contar que sí, que había sido partícipe pero que no había tenido ningún tipo de intención de que pasara eso”, resaltó.
En este sentido, el abogado de Thomsen, ratificó estos dichos a través de sus redes sociales.
“No lo dijo Máximo... lo dice la seguridad del boliche”, escribió el letrado en su cuenta de X. Allí, compartió un tweet adjuntando una captura de la declaración de Maximiliano Fabián Ávila, un empleado de seguridad de Le Brique, el local bailable a la que asistieron los jóvenes en la noche del 18 de enero de 2020, en Villa Gesell.
“Lo vi desde arriba, estaba lejos. Se armó una pelea en el medio de la pista. Bajo, paso entre medio de la gente, estaban peleando Fernando y uno de los rugbiers. Uno de pantalones cortos. Lo agarro a uno de ellos y Fernando le pega. Se cayó al piso, se agarraba la boca del estómago. Le dije que salga del lugar y salió caminando solo. Cuando yo llegué Fernando ya tenía la camisa rota por la pelea. Yo agarré a uno de los rugbiers y Fernando le pega una piña en el estómago. Nos caemos los dos, me levanto y le digo a Fernando que salga”, expresa el documento sobre el testimonio de Ávila.