Una mujer de 39 años fue declarada culpable este jueves por un tribunal del Reino Unido, por haber sometido a una niña de tres años a una mutilación genital durante un viaje a Kenia, un fallo sin precedentes en Reino Unido.
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SUSCRIBITEUna mujer de 39 años fue declarada culpable este jueves por un tribunal del Reino Unido, por haber sometido a una niña de tres años a una mutilación genital durante un viaje a Kenia, un fallo sin precedentes en Reino Unido.
Las autoridades judiciales resumieron que esta joven fuera víctima de la mutilación genital femenina, que fue perpetuada hace 17 años, cuando su madre la llevó a Kenia en 2006.
Según informaron desde Reino Unido, la adulta llevó a la pequeña niña a una "clínica" donde una mujer practicaba la escisión geniatal.
La víctima, de nacionalidad británica, tiene ahora 21 años y había denunciado los hechos a su profesora de inglés cuando tenía 16.
No obstante y a pesar del fallo sin precedentes en la historia británica, la condenada quedó en libertad bajo fianza y conocerá su sentencia el 20 de diciembre.
Se trata de Amina Noor, quien ahora es la primera ciudadana británica declarada culpable de ayudar a realizar la circuncisión femenina en el extranjero, en virtud de una ley sobre mutilación genital de 2003 que conlleva una pena máxima de 14 años de prisión.
"Estoy muy contenta de que hayamos obtenido una condena en este caso", declaró la fiscal general.
La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que consiste en la extirpación parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos, por motivos no médicos.
Existen diferentes tipos de MGF, que varían según la región geográfica y la cultura. Esta práctica se realiza en varios países de África, Oriente Medio y Asia, así como en comunidades de inmigrantes en Europa y América Latina.
La MGF tiene graves consecuencias para la salud física y mental de las mujeres y las niñas que la sufren. Entre las consecuencias físicas se encuentran el dolor, la infección, la hemorragia, la infertilidad y el aumento del riesgo de complicaciones durante el parto.
Las consecuencias psicológicas incluyen el trauma, la depresión, la ansiedad y la disfunción sexual. AFP.
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