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historia

Un uruguayo nadó 36 kilómetros sin parar en Río de Janeiro

Eduardo Appoloni tiene 35 años, dos hijos y no es nadador profesional, pero igualmente se preparó e hizo historia para la natación uruguaya.

22 de marzo de 2023 - 15:40

Es frecuente que haya nadadores que se sometan a travesías muy exigentes en aguas abiertas, pero una muy particular se desarrolla en Río de Janeiro y por primera vez contó con la participación de un uruguayo.

Eduardo Appoloni tiene 35 años, dos hijos, vive en Nueva Helvecia y es contador. No es nadador profesional pero igualmente se preparó e hizo historia para la natación uruguaya.

¿Qué lo hace diferente? Que consiguió una hazaña que hasta ahora ningún uruguayo había alcanzado tras lograr culminar en Río de Janeiro una de las pruebas de natación a mar abierto más exigentes del mundo.

"Son 36 kilómetros sin parar, o sea sin tocar embarcación. Vas parando cada 30 o 40 minutos para hidratarte y alimentarte. La travesía llevó 11 horas y 25 minutos. La hacés individual y contra el único que competís es contra vos mismo buscando llegar a ese objetivo", dijo a Telenoche el neohelvético.

Más allá de la preparación física, la fortaleza mental y psicológica son trascendentes en este tipo de desafíos.

"El cuerpo lo entrenas, pero en un momento la cabeza te juega a favor o en contra. Lo otro que entrenás mucho es la alimentación, que lleva mucho tiempo prepararla porque no es lo mismo comer sentado en la mesa de tu casa que comer en el agua flotando, hay que ir probando qué te cae bien y qué no", explicó.

En este caso, optó por ingerir aceitunas, muzzarella y dulce de membrillo.

"La hidratación y la alimentación no lleva más de un minuto, lo que se van haciendo son pausas dependiendo el horario. Nosotros de noche parábamos cada 40 minutos o una hora para hacerlo y durante el día era cada 20 minutos", explicó.

En plena madrugada se lanzó al agua, era noche cerrada. La concentración y el esfuerzo no le impidieron disfrutar del entorno.

"Nada de noche me gustó, lo disfruté mucho e incluso tuve un gran trayecto cuando nadé mirando el Cristo Redentor, que era lo único que se veía iluminado y tiene su atractivo. Son cosas que no te olvidás", aseguró.

Ya sobre el amanecer Eduardo comenzó a ver el fondo del mar "como estrellado" y después, al finalizar la travesía, le explicaron que eran plánctones que emiten luces violetas intensas.

"Para hacer esto primero que nada lo tenés que disfrutar y con el correr de las horas tenés que encontrar cosas que te entretengan", apuntó.

Una travesía de estas características lógicamente le iba a presentar momentos complicados y el "más duro fue en el entorno de las ocho o nueve horas, cuando empezó a haber un oleaje importante y eso nos complicaba el tema de la hidratación".

Mirá el video.

Un uruguayo nadó 36 kilómetros sin parar en Río de Janeiro

Un uruguayo nadó 36 kilómetros sin parar en Río de Janeiro

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