Desde que estalló la guerra en Ucrania son varios los uruguayos que lograron escapar del conflicto y uno de ellos contó a Telenoche que salvó su vida de milagro en dos ocasiones.
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SUSCRIBITEDesde que estalló la guerra en Ucrania son varios los uruguayos que lograron escapar del conflicto y uno de ellos contó a Telenoche que salvó su vida de milagro en dos ocasiones.
Se trata de Nicolás Rubino, un uruguayo que vive en Barcelona y que en diciembre del año pasado decidió viajar a Kiev, la capital de Ucrania, por trabajo.
"Yo tenía un vuelo en la mañana del 24 en la mañana, pero me cancelaron el vuelo un día antes y al otro día de mañana entre las 5 o 6 de la mañana me empiezan a caer llamados y se escucha un estruendo muy grande y empieza a correr la gente en el edificio donde yo vivía, no entendíamos lo que estaba pasando, pero había iniciado la guerra en ese momento", recordó.
"Menos mal que no estuve en el aeropuerto, porque creo que muchas personas murieron mientras esperaban un vuelo, gracias a Dios fue la primera vez que me salvé", agregó.
Ese día, después del primer estruendo, la situación en la calle era de caos, explicó Rubino. "Escuchaba las sirenas, la gente corriendo, gente llorando, no teníamos transporte para movilizarnos, la odisea de encontrar al menos un bus para poder irnos, lo que vivimos es algo muy trágico, eran cientos de miles de personas que querían salir de un momento al otro y no se podía y ya nos estábamos enterando de que estaban llegando las tropas rusas desde el Norte de Kiev", señaló.
La segunda vez que salvó su vida fue cuando lograron salir de la capital de Ucrania en un ómnibus. "Nuestro bus comienza a andar a contramano porque no había movilidad de otra forma, sentíamos los impactos del bombardeo de los misiles que hacían vibrar toda la ciudad y cuando salimos nos llegó la noticia de que cayó una bomba a unos 150 metros de donde yo vivía y que voló prácticamente dos edificios", señaló.
Si bien parecía que escapaban del peligro hacia la seguridad de la frontera, el trayecto fue muy duro. "A medida de que íbamos llegando a la frontera no había comida y encima la gente se comenzó a cerrar con los extranjeros, ya no nos vendían comida, estuvimos unos seis días comiendo las cosas que teníamos arriba", señaló.
Finalmente llegaron al primer puesto de control del Ejército de Ucrania, próximo a la frontera, pero increíblemente los problemas fueron incrementándose. "No sabíamos que era un infierno donde íbamos a llegar", aseveró.
"Llegamos a la peor frontera donde podíamos haber llegado, no sabíamos dónde estábamos, los militares que estaban ahí eran todos muy agresivos y nos comenzaron a golpear porque estábamos con una población extranjera que eran principalmente iraquíes, iraníes, paquistaníes, afganos y africanos, pero no había población europea con nosotros (...) en un momento abren una cola para empezar a movilizar a la población extranjera y comenzaron a tirar tiros hacia arriba y a tratarnos como animales", lamentó.
Una vez abierta la fila, las personas comenzaron a empujarse entre sí para lograr avanzar y Rubino tuvo la idea de comenzar a gritar que era periodista para salir de esa situación. "Un mes y medio atrás había encontrado una licencia de periodista tirada y la guardé por las dudas, eso fue lo que hizo que los militares ucranianos me sacaran de ahí y pude empezar a sacar a mis amigos uno por uno diciendo que éramos un equipo de periodistas de la Unión Europea", indicó.
Ahora Rubino está de nuevo en Barcelona y da gracias a Dios por la chance de haber salido con vida de esa odisea. "En un momento casi me entrego porque no sabíamos qué hacer, los rusos estaban a kilómetros y escuchábamos los bombardeos, no sabíamos a dónde ir y no había transporte, pensábamos que íbamos a morir ahí porque el ambiente que había era horrible; ahora estoy tratando de ayudar desde aquí a gente que está todavía refugiada", explicó.
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