5 de septiembre de 2022 - 09:39 Nacional confirmó su gran presente futbolístico al imponerse 3-1 a su rival de todos los tiempos, Peñarol, en un duelo dominado de principio a fin por el elenco tricolor que en su casa, con su gente y con Luis Suárez encendido, vivió un clásico soñado.
Este partido no pasará a la posteridad como el clásico de la cuarta fecha del Clausura, sino como el clásico de Luis Suárez, quien regresó al club que lo vio nacer tras una laureada carrera de 16 años en el Viejo Continente.
El retorno de Luis Suárez fue noticia en todo el mundo y era seguido con lupa tanto por propios como por extraños. Lo cierto es que el efecto Suárez en cancha desarma a cualquier rival y en esta oportunidad, coronó con un golazo para poner a los albos 2-0 parcial en el marcador.
El "9" tricolor fue protagonista y el punto más alto llegó a los 7' del complemento, cuando desde un saque de banda el salteño acompañó el recorrido de la pelota, que picó dos veces, previo a sacar una bolea desde afuera del área que sacudió las redes y las gargantas de todo el Gran Parque Central.
Como de costumbre, el salteño hizo su festejo habitual dedicado a su familia pero le agregó un condimento: cuando terminó de abrazar a sus compañeros, simuló estar sentándose y luego hizo un gesto negando con el dedo índice dando a entender que no es suplente.
Esta dedicatoria podría ser a la chicana del expresidente de Peñarol, Jorge Barrera, quien días atrás opinó en Sport 890 que el "9" titular de la selección uruguaya es Darwin Núñez y que “Suárez es un muy buen recambio para el Mundial”.