Cuando el Papa Gregorio XIII en Roma anunció el establecimiento del calendario gregoriano, marcó un hito crucial en la historia de la medición del tiempo y la organización de nuestra existencia.
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SUSCRIBITEEl 24 de febrero de 1582, representó un cambio significativo en el sistema de calendario utilizado por la Iglesia Católica y gran parte de occidente.
Cuando el Papa Gregorio XIII en Roma anunció el establecimiento del calendario gregoriano, marcó un hito crucial en la historia de la medición del tiempo y la organización de nuestra existencia.
Fue un 24 de febrero de 1582, cuando se estableció una transformación significativa en el sistema de calendario utilizado por la Iglesia Católica y gran parte de occidente.
El calendario gregoriano fue introducido para corregir las discrepancias temporales que habían surgido en el calendario juliano, utilizado desde la época de Julio César.
Antes de la reforma, el año solar era de 365.25 días, lo que generaba un desfase con el año tropical real de aproximadamente 365.2422 días. Esta diferencia acumulada resultaba en un desajuste estacional significativo a lo largo de los siglos.
Fue entonces que el Papa Gregorio XIII, encargó a un comité de expertos liderado por el matemático y astrónomo Luigi Lilio la tarea de reformar el calendario, para recuperar la sincronización con los equinoccios y solsticios.
A la vieja versión del tiempo, se le eliminaron diez días del mes de octubre de 1582 para compensar el desfase acumulado.
Además, se estableció una regla para los años bisiestos: los años divisibles por 4 son bisiestos, excepto aquellos divisibles por 100 pero no por 400.
Con el tiempo, esta modalidad se convirtió en el estándar internacional y es el calendario utilizado en la actualidad por la mayoría de los países del mundo.
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