9 de agosto de 2024 - 21:10 La lucha por la inclusión sigue siendo un tema pendiente en muchos aspectos de la vida cotidiana. Para las personas con discapacidad en Uruguay, la situación de las calles deterioradas representa un obstáculo diario que afecta su movilidad y, en consecuencia, su calidad de vida.
En ciudades como Montevideo, muchas veredas están en mal estado, con baldosas rotas, desniveles, y falta de rampas. Estas condiciones son especialmente desafiantes para quienes utilizan sillas de ruedas, muletas o tienen movilidad reducida.
Organizaciones que defienden los derechos de las personas con discapacidad han reclamado ante las autoridades, demandando una mayor inversión en infraestructura accesible.
La falta de accesibilidad no solo afecta la movilidad, sino también la inclusión social y laboral. Muchas personas con discapacidad se ven obligadas a quedarse en casa debido al temor a sufrir accidentes en la vía pública. Esto impacta negativamente en su autonomía y en su capacidad para participar plenamente en la sociedad.
Además, el deterioro de las calles también tiene implicaciones para el transporte público. Los ómnibus adaptados a menudo no pueden acercarse lo suficiente a las veredas en mal estado, lo que dificulta aún más el acceso de personas con movilidad reducida.
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