5 de noviembre de 2025 - 09:07 Tras una nueva detención de Alberto “Betito” Suárez este lunes en un operativo policial en el Cerro, vuelve a quedar expuesto el perfil de uno de los delincuentes más notorios de Uruguay. Suárez, de 41 años, lidera la banda conocida como “los Suárez”, enfrentada desde hace años a otros grupos criminales como “los Colorados” y “los Albín”, en la disputa por el control del narcotráfico en Montevideo.
Considerado uno de los criminales más peligrosos del país —según definió en 2012 el juez de Crimen Organizado Néstor Valenti—, el Betito ha pasado gran parte de su vida entre rejas. A lo largo de dos décadas, su nombre ha estado vinculado a delitos de narcotráfico, homicidio y tráfico de armas, y se le atribuye la capacidad de haber mantenido operaciones activas incluso desde prisión.
Un historial marcado por la violencia
Durante su apogeo delictivo, Suárez llegó a comandar un “ejército” de unos 50 sicarios, consolidando un control territorial significativo en zonas del oeste de Montevideo. Su historia criminal también está marcada por episodios de violencia y supervivencia: en el año 2000 fue el único sobreviviente de un accidente de tránsito; en 2019 sufrió otro accidente en moto que lo mantuvo 12 días en CTI; y en febrero de este año recibió varios impactos de bala durante un tiroteo mientras participaba en un asado.
Pese a la gravedad de las heridas, se marchó del hospital sin presentar denuncia y publicó en redes sociales una frase que causó impacto: “No manden a niños a hacer cosas de hombres”. El episodio reafirmó la imagen desafiante que mantiene incluso fuera del ámbito criminal.
Conexiones y una nueva captura
Investigaciones policiales vinculan a Suárez con el cartel brasileño Primero Comando Capital (PCC), una de las organizaciones criminales más poderosas de la región, con la que habría mantenido nexos a través de narcotraficantes uruguayos buscados por la DEA estadounidense.
El reciente operativo en el que fue detenido incluyó 17 allanamientos simultáneos en distintos puntos de Montevideo y la detención de otras seis personas. Según fuentes policiales, la banda que lidera mantiene un alto poder de fuego y continúa siendo una de las principales estructuras criminales activas del país.
Suárez había recuperado la libertad hacía poco más de dos años, pero nunca dejó de estar bajo el radar de las autoridades. Su nueva captura reabre el debate sobre el alcance de las redes delictivas en Uruguay y el desafío que representan para la seguridad pública.