"No quiero que vuelva a suceder", imploró el miércoles al Congreso de Estados Unidos una niña de 11 años, que contó cómo se hizo la muerta para sobrevivir al masivo tiroteo en una escuela primaria de Texas hace dos semanas.
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SUSCRIBITE"No quiero que vuelva a suceder", imploró el miércoles al Congreso de Estados Unidos una niña de 11 años, que contó cómo se hizo la muerta para sobrevivir al masivo tiroteo en una escuela primaria de Texas hace dos semanas.
Miah Cerrillo, alumna de cuarto grado de la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, relató con aterrador detalle cuando 19 de sus compañeros y dos maestras fueron baleados el 24 de mayo por un joven de 18 años.
Recordó cómo habían estado viendo una película y cómo se protegieron detrás del escritorio de su maestra y de sus mochilas cuando el pistolero irrumpió.
"Él le dijo a mi maestra 'buenas noches' y luego le disparó en la cabeza. Y luego le disparó a algunos de mis compañeros de clase y a la pizarra", dijo la niña en una desgarradora intervención pregrabada en video.
Miah relató que se mantuvo en completo silencio, antes de agarrar el celular de su maestra muerta apenas pudo y marcar el número de emergencias 911.
"Les dije que necesitábamos ayuda, y ver a la policía en nuestra aula", dijo.
La policía en Uvalde ha sido muy criticada tras conocerse que más de una docena de oficiales esperaban afuera y no hicieron nada mientras los niños yacían muertos o moribundos.
Las masacres en la escuela de Miah y, 10 días antes, en un supermercado en Buffalo, en el estado de Nueva York, han conmocionado a la nación, reavivando los llamados urgentes para que los políticos hagan algo.
Roy Guerrero, un pediatra que atendió a varias víctimas de la escuela de Uvalde, relató que vio a una niña "cuyo cuerpo había sido pulverizado por las balas".
Un grupo de senadores demócratas y republicanos prepara una normativa que, aunque limitada, podría convertirse en el primer intento de reformar la regulación de armas en décadas.
El paquete aumentaría la financiación de la atención de la salud mental y la seguridad escolar, ampliaría un poco las verificaciones de antecedentes de los compradores de armas e incentivaría a los estados a instituir las llamadas "leyes de bandera roja", que permiten a las autoridades confiscar armas de personas consideradas una amenaza.
Sin embargo, no incluye una prohibición de armas de asalto ni verificaciones de antecedentes universales, por lo que no cumplirá con las expectativas del presidente Joe Biden, de los demócratas progresistas y de los activistas contra la violencia armada.
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