Las escenas de caos de esta semana en Río de Janeiro mostraron el alcance del control de las milicias parapoliciales en la capital turística de Brasil, convertidas en un asunto de seguridad nacional.
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SUSCRIBITELas escenas de caos de esta semana en Río de Janeiro mostraron el alcance del control de las milicias parapoliciales en la capital turística de Brasil, convertidas en un asunto de seguridad nacional.
Las milicias parapoliciales en Río de Janeiro, Brasil, han sido un problema recurrente en los últimos años. Estas organizaciones criminales, formadas por ex policías y militares, han tomado el control de varias zonas de la ciudad y han desafiado al gobierno y a las fuerzas de seguridad.
Esta semana se recrudecieron las incursiones de estas organizaciones que llevaron adelante un ataque que dejó en llamas 35 autobuses y un tren. La incursión violenta se dió en respuesta a una operación policial que mató a un líder de esas poderosas organizaciones criminales, según las autoridades.
En este marco, Rio de Janeiro no había sufrido tal depredación a su transporte público en un mismo día.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva comparó las llamas y las nubes de humo con "escenas propias de la Franja de Gaza", y dijo que las milicias constituyen un problema de seguridad nacional.
"Es muy fácil ver esas escenas por televisión (...) y decir "es un problema de Rio, del alcalde, del gobernador". No, es un problema de Brasil al que tenemos que hallar una solución", afirmó.
Fundadas hace unas cuatro décadas por expolicías, las milicias se formaron como una respuesta de grupos de autodefensa comunitarios al azote de las bandas narcotraficantes.
Su cuna histórica es la zona oeste de Rio, donde predominan los barrios pobres y desatendidos por los servicios públicos. Un 40% de la población de la ciudad, es decir unos 2,6 millones de personas tienen su hogar ahí.
Inicialmente bien vistas por los habitantes, las milicias pronto comenzaron a parecerse a los grupos criminales que combatían, cobrando "protección" a los comercios locales, y luego extendiendo sus tentáculos, como las mafias, a todo tipo de servicios.
AFP.
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