7 de noviembre de 2024 - 10:38 El término "wokismo" ha ganado notoriedad en los últimos años, siendo muchas veces fuertemente criticado, y en el marco de polémicas. Desde el "Black Lives Matter", pasando por las "Marchas del Orgullo", y hasta la cuestionada apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024 (con la representación de la última cena con drag queens), la cultura woke versa sobre las desigualdades, pero con una fuerte apuesta escénica y performativa.
Con despliegue de movilizaciones, actos callejeros e intervenciones, los "wokistas" buscan "despertar" a la sociedad. No obstante, habilitan una forma de protesta que no siempre es tomada con seriedad.
El "wokismo" llega a integrar reclamos que, a priori, no tienen necesariamente relación o son incompatibles. En este sentido, reclamos desde el feminismo o grupos LGBT que apoyan la "liberación de Palestina", usualmente son criticados por defender una sociedad y religión cuyas reglas excluyen como vida posible a parejas del mismo sexo o cualquier derecho individual para las mujeres.
Historia y reclamos
Originalmente derivado de la palabra "woke", que significa "despertar" en inglés, este concepto se asocia con una conciencia social sobre las injusticias y desigualdades que enfrentan diversos grupos.
Actualmente se puede definir como un movimiento cultural y político que busca crear conciencia en cuestiones relacionadas con la raza, el género y la sexualidad.
Además, la culturra woke cuenta con otra crítica: intentan reescribir obras, películas y puestas en escena de manera tal que se ajusten a los criterios idealistas que persiguen. Así, surgen versiones de "La Sirenita" protagonizadas por una mujer negra, o se presentan series basadas el Star Wars como "The Acolyte", basadas íntegramente en un relato de lucha feminista y que incorpora personajes LGBT.
En este sentido, la polémica se siembra en el hecho de transformar las narrativas, y según los fans de las diferentes sagas y obras, lo políticamente correcto arrasa con el fin mismo de la historia. Una de las empresas pioneras en este sentido es Disney, lo que aumenta las polémicas al tratarse de una productora dirigida especialmente al público infantoadolescente.
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Cultura de la cancelación
Otra de las acciones duramente criticadas respecto a este movimiento es la llamada "cultura de la cancelación", donde individuos o entidades son boicoteados o despojados de su plataforma debido a comentarios o acciones consideradas ofensivas.
Este fenómeno ha llevado a un ambiente donde muchas personas temen expresar opiniones divergentes por miedo a represalias, lo que limita el debate.
Asimismo, siguiendo con la dinámica "abarca todo", muchas veces suele ser igual de intensa la oposición a la postura política de un líder, Donald Trump por ejemplo, así como la queja, hasta una marca que promocione productos light , cuestionando que presiona a las mujeres a estar obsesionadas con su cuerpo.