El 17,5 por ciento de la población adulta a nivel mundial, aproximadamente 1 de cada 6 personas, sufre infertilidad, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado este martes.
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SUSCRIBITEEl 17,5 por ciento de la población adulta a nivel mundial, aproximadamente 1 de cada 6 personas, sufre infertilidad, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado este martes.
En Uruguay desde 2015 el Fondo Nacional de Recursos (FNR) financia tratamientos contra la infertilidad. Solo en 2022 el FNR financió 635 tratamientos para ayudar a las parejas a tener un hijo.
El fondo financia varias técnicas: fertilización in vitro, criopreservación, útero subrogado y otras.
Para seleccionar a las personas a las que se les financian estos tratamientos hay dos criterios: la cantidad de intentos que tuvo la pareja de quedar embarazada y los ingresos promedios.
En Uruguay la mayoría de los problemas de fertilidad se diagnostican en pacientes de más de 35 años y afectan tanto a hombres como a mujeres.
"La gente espera más para tener los hijos, tiene menos hijos y entonces llegamos a veces más tarde, no todo el mundo pero mayoritariamente la gente tiene acceso a estudios a formación a trabajo, la postergación genera dificultades", dijo a Telenoche la ginecóloga, especialista en medicina reproductiva, Virginia Chaquiriand.
Agregó que en "un 30% de las parejas hay una causa femenina, un 30% masculina y un 30% mixta es decir que los dos integrantes de la pareja tienen dificultades que hacen que no se consiga el embarazo y hay un 10% que llamamos sin causa aparente".
Macarena Méndez, paciente de Chaquiriand, contó a Telenoche que a través de un tratamiento de reproducción asistida de alta complejidad hoy es la madre de Joaquín.
Macarena y su pareja intentaron durante cuatro años lograr el sueño de ser padres, tras intentar una y otra vez sin éxito decidieron buscar asesoramiento profesional y descubrieron que padecían de infertilidad sin causa aparente.
Recurrieron primero a un tratamiento de baja complejidad, que no dio resultado, por lo que recurrieron al FNR para poder financiar uno de alta complejidad.
"Llegamos, lo conseguimos, nos dieron una ayuda, avanzamos en la fertilización invitro", recordó.
Agregó que "después que nació Joaquín, al tiempo estábamos en proceso para hacer un nuevo tratamiento para nuestro segundo hijo y de un día para el otro, antes de llegar al Fondo para una nueva ayuda y hacer todo el tratamiento de vuelta, le escribí a mi doctora y le dije: 'me pasa esto' y me dijo: 'estás embarazada', 'están curados'".
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