25 de enero de 2025 - 18:06 Rastreado por satélites, el iceberg más grande del mundo, con una longitud de 80 kilómetros, va a la deriva desde la Antártida hacia una isla remota donde podría, en el peor de los casos, chocar y bloquear a los leones marinos y pingüinos que se reproducen allí.
Esta inmensa placa de hielo, 30 veces más grande que París, se aleja desde hace años del continente helado y se dirige hacia la isla británica de Georgia del Sur, un importante refugio de reproducción de fauna salvaje.
Una helada ciudad flotante
Con una extensión de 3.500 kilómetros cuadrados, este iceberg bautizado A23a es el más antiguo del mundo. Se separó de la plataforma glacial antártica en 1986, pero luego quedó bloqueado en el suelo marino durante más de 30 años, hasta liberarse en 2020.
Empezó entonces su lenta deriva hacia el norte y pasó varios meses de 2024 en el mismo lugar, dando vueltas sobre sí mismo. Su movimiento lo impulsa la corriente oceánica más potente del mundo, la corriente circumpolar antártica, a una velocidad de 20 centímetros por segundo, según British Antarctic Survey.
¿A dónde llegará?
A diferencia de lo ocurrido con anteriores icebergs gigantes, los expertos creen que esta vez no parece que el coloso de hielo se vaya a fragmentar en trozos más pequeños en su deriva.
Resulta difícil prever con exactitud la trayectoria, pero las corrientes dominantes hacen pensar que el iceberg llegará a los límites de la placa continental alrededor de Georgia del Sur en unas dos o cuatro semanas.
Los escenarios a partir de entonces son inciertos:
El iceberg podría evitar la placa continental y ser arrastrado hacia las aguas profundas del Atlántico Sur, más allá de esta isla británica de ultramar situada a unos 1.400 km al este de las islas Malvinas.
Pero también podría chocar con el fondo marino, quedar bloqueado durante meses o romperse en múltiples fragmentos que se convertirían en obstáculos para los leones marinos y los pingüinos.
Con información de AFP.