Dos familias que residen en la zona de La Paloma, en el barrio Cerro, quedaron excluidas de un realojo que tuvo lugar en el marco de un proyecto coordinado por el Ministerio de Vivienda y la Intendencia de Montevideo.
Para continuar, suscribite a Telenoche. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITELa familia vive hace cinco años en una casilla sobre Ruta 1, junto a un bañado que creció tras el realojo de otras viviendas en la zona de La Paloma.
Dos familias que residen en la zona de La Paloma, en el barrio Cerro, quedaron excluidas de un realojo que tuvo lugar en el marco de un proyecto coordinado por el Ministerio de Vivienda y la Intendencia de Montevideo.
Una de ellas, conformada por Verónica, Julio y sus tres hijos, vive desde hace cinco años en una casilla ubicada sobre la Ruta 1, junto a un bañado que ha crecido significativamente tras el retiro de otras viviendas.
“Estamos viviendo adelante de un bañado que, al sacar todas las casas, crece cada vez más. Tenemos problemas de inundaciones, problemas de ratas adentro de casa. El patio es intransitable”, expresó Verónica. La familia, integrada por niños —uno de ellos con asma—, enfrenta una situación crítica. Julio, recientemente operado de cáncer de próstata, trabaja como herrero, pero afirma que las condiciones del entorno dificultan su sustento diario.
“Vivo de esto, sustento a mi familia, aporto al BPS como monotributista, pero en estas circunstancias no puedo trabajar. Los días de lluvia se me inunda todo”, explicó Julio.
En 2012 se realizó un censo de las familias que habitaban en el área. En los años siguientes, la mayoría fueron realojadas. Según los vecinos, hace tres años quedaron solo dos familias sin alternativa habitacional. “El año pasado firmamos como que teníamos una solución, pero no hay fecha”, dijo Verónica, quien relató haber consultado en varias oportunidades con el Mides, el Ministerio de Vivienda y la Intendencia, donde le indicaron que debía vincularse al proyecto La Paloma.
Julio expresó su deseo de mejorar su vivienda actual, pero asegura que no le permiten realizar modificaciones: “Yo no le pido nada a nadie. Si no me van a sacar, que me digan que puedo arreglar la casa. No se puede vivir así. Es imposible”.
Suscríbete y recibe todas las mañanas en tu correo lo más importante sobre Uruguay y el mundo.
SUSCRÍBETE