El Área de Estadística y Criminología Aplicada (AECA) del Ministerio del Interior presentó este lunes el informe “Estafas en Uruguay: Evolución, características y desafíos actuales”.
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SUSCRIBITEDe acuerdo a este trabajo, y pese a que hay un alto subregistro de este delito, las personas adultas de entre 26 y 55 años son las principales víctimas.
El Área de Estadística y Criminología Aplicada (AECA) del Ministerio del Interior presentó este lunes el informe “Estafas en Uruguay: Evolución, características y desafíos actuales”.
El trabajo, que explica que, de acuerdo con el Código Penal, el delito de estafa comprende aquellas situaciones en que una persona obtiene un provecho ilegítimo mediante el engaño o el abuso de confianza, causando un perjuicio patrimonial a otra, y que este viene creciendo a lo largo de los años.
Según este informe, las estafas se consideran delitos predatorios, en su mayoría cometidos desde el anonimato y con carácter transnacional y con creciente participación del crimen organizado.
Los tipos de estafa más comunes son las de inversión, las de pago por anticipado, las estafas sentimentales en línea y los fraudes por correo electrónico dirigidos a empresas mediante suplantación de identidad, conocidas como estafas BEC.
Entre 2013 y 2024, las denuncias por estafa registradas en Uruguay crecieron de forma sostenida y acelerada, indica el informe. Así, mientras que en 2013 se realizaron 38,7 denuncias por cada 100.000 habitantes, en 2024 la tasa ascendió a 870,5, lo que implica un incremento superior al 2.000%.
De acuerdo al informe de AECA, el crecimiento sostenido de las estafas no solo se ve reflejado en las denuncias sino en su posición relativa respecto a otros delitos, ocupando en 2024 el tercer lugar en el ranking general.
Además, se menciona que el Instituto Nacional de Estadística (INE) estimó que, en el segundo semestre de 2024, se realizaron unas 26.900 estafas por mes. También reveló un alto nivel de subregistro en los delitos de estafa, en tanto solo el 11,7% habrían sido denunciadas formalmente y otro 16,2% habrían sido reportadas a la policía sin denuncia formal (INE, 2025).
En cuanto a las víctimas, las personas adultas de entre 26 y 55 años concentran las tasas más altas de victimización por estafa, tanto a nivel nacional como departamental.
En el quinquenio 2019-2024, el promedio de edad de las víctimas en Montevideo es superior al del interior del país, con promedios de entre 45 y 48 años, frente a promedios de entre 41 y 45 en el resto del país.
Las mujeres presentan consistentemente tasas de victimización más altas que los hombres, lo que podría estar asociado, entre otras cuestiones, a diferencias en los canales de contacto, los patrones de consumo o la disposición a denunciar.
En cuanto a la relación entre denuncias de estafa e imputaciones penales muestra una brecha persistente y creciente, a medida que aumentan las denuncias.
Sin embargo, en 2024, se registraron apenas 1,5 imputaciones a personas por cada 100 denuncias, lo que sugiere una respuesta penal limitada frente al crecimiento del fenómeno.
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