El empresario Daniel Noboa aspira a sacar a Ecuador de la tormenta de la violencia narco y llevarlo a los viejos tiempos de aguas tranquilas.
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SUSCRIBITEEl empresario Daniel Noboa aspira a sacar a Ecuador de la tormenta de la violencia narco y llevarlo a los viejos tiempos de aguas tranquilas.
Noboa fue elegido por un breve periodo, hasta mayo de 2025, para completar el mandato de Lasso. El impopular presidente saldrá de manera anticipada luego de disolver el Congreso y llamar a elecciones para esquivar una posible destitución en un juicio por corrupción.
Los esfuerzos del nuevo gobierno para detener los asesinatos deberán concentrarse en las zonas más desangradas por el narco como la ciudad portuaria de Guayaquil (suroeste) y la frontera con Perú, sugiere Rivera.
Expertos estiman que Ecuador podría cerrar este año con el récord de 40 homicidios por 100.000 habitantes, más que México o su vecino Colombia.
Ecuador se transformó en un territorio de operaciones de carteles de México y Colombia que, asociados a bandas locales, introdujeron también cruentos métodos criminales: cadáveres desmembrados, incinerados o colgados de puentes.
Entre 2018 y 2022 los homicidios se cuadruplicaron hasta alcanzar el récord de 26 por cada 100.000 habitantes, y aumentaron los secuestros, extorsiones y balaceras.
Estos son los retos que deberá encarar el nuevo mandatario de 35 años, hijo de uno de los hombres más ricos del país y con una fugaz experiencia política en el Congreso.
Desde 2021 al menos 460 reclusos han muerto en enfrentamientos dentro de cárceles, algunos transmitidos en vivo por redes sociales. Imágenes de cuerpos destazados a golpe de machete y cadáveres ardiendo bajo fuego dan cuenta del descontrol dentro de las prisiones, convertidas en centros de operaciones del narcotráfico.
Además, los narcos operan y se fortalecen con la anuencia de algunos miembros de la fuerza pública, según coinciden expertos. En Ecuador es usual que en grandes operativos caigan policías y militares vinculados a organizaciones criminales.
El servicio de inteligencia en Ecuador ha sido botín en medio de pugnas políticas. Considerado un aparato de espionaje en contra de opositores durante el mandato del expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017), fue reestructurado por los gobiernos de derecha posteriores.
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