18 de noviembre de 2024 - 18:06 En el marco de la cumbre del G20 realizada en Río de Janeiro, Brasil presentó este lunes la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza, una iniciativa respaldada por 82 países y 66 organizaciones internacionales, entre ellas la Unión Europea y la Unión Africana.
El objetivo principal es erradicar el hambre y la pobreza para 2030, un desafío titánico considerando que, según datos de la ONU, 733 millones de personas padecieron hambre en 2023.
El presidente brasileño, Luis Ignacio "Lula" da Silva, destacó la importancia de la iniciativa durante su discurso inaugural. “Erradicar esta lacra que avergüenza a la humanidad es una tarea impostergable”, afirmó.
Uno de los puntos destacados fue la incorporación de Argentina a la alianza, anunciada tras negociaciones lideradas por el gobierno brasileño. Argentina, bajo la administración del recién electo Javier Milei, era el único miembro del G20 que no había adherido al proyecto.
La iniciativa busca unir esfuerzos internacionales, incluyendo recursos financieros y la réplica de programas exitosos a nivel local. Entre los compromisos asumidos, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció un financiamiento de hasta **25.000 millones de dólares** para programas destinados a combatir el hambre y la pobreza entre 2025 y 2030.
El proyecto propone asistir a 500 millones de personas en países de renta baja y media mediante programas de transferencias de ingresos. También apunta a extender la alimentación escolar de alta calidad a 150 millones de niños en regiones con hambre endémica y apoyar a pequeños agricultores afectados por el cambio climático.
Países como Nigeria e Indonesia ya anunciaron medidas concretas. Nigeria duplicará el alcance de su programa de comidas escolares, beneficiando a 20 millones de niños, mientras que Indonesia implementará un programa de comidas escolares gratuitas a partir de enero de 2025.
Para Lula, esta causa tiene un profundo significado personal. Originario de Pernambuco, una de las regiones más pobres de Brasil, experimentó el hambre en su niñez. Durante su primer mandato presidencial (2003-2010), implementó el programa Bolsa Familia, que sacó a millones de brasileños de la pobreza.
Sin embargo, el contexto actual es diferente. Las restricciones presupuestarias y los efectos del cambio climático complican los esfuerzos para replicar los avances logrados en el pasado. A pesar de ello, Lula reafirmó su compromiso: “El hambre es producto de decisiones políticas que perpetúan la exclusión”.