Montañas de basura se acumulan en el suelo y los grafitis cubren los muros de la fortaleza de Sira en Adén, la gran ciudad portuaria del sur de Yemen, donde la guerra no tiene piedad de su rico patrimonio histórico.
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SUSCRIBITEMontañas de basura se acumulan en el suelo y los grafitis cubren los muros de la fortaleza de Sira en Adén, la gran ciudad portuaria del sur de Yemen, donde la guerra no tiene piedad de su rico patrimonio histórico.
Vestigios del pasado glorioso de esta región costera al sur del mar Arábigo, iglesias, museos y templos se ven amenazados por un conflicto que arrasa el país más pobre de la península de Arabia desde hace más de siete años.
Erigida en el siglo XI en la cumbre de una isla montañosa, que domina el puerto, Sira servía para rechazar a los invasores en esta región estratégica cerca del estrecho de Bab el Mandeb, que une el mar Rojo con el golfo de Adén en el océano Índico.
El director adjunto de la Oficina de Antigüedades de Adén, Osman Abdelrahman, no lo esconde: los lugares históricos de la ciudad sufren "negligencia y destrucción sistemáticas".
El presupuesto asignado de poco más de 200 dólares mensuales apenas cubre "los gastos de papelería", dice a AFP. "Incluso aunque obtenemos ayudas, no cubren más que una ínfima parte de lo que es necesario", explica.
"A veces, me arrepiento de haber estudiado arqueología y haber entrado en este campo", dice el responsable, "frustrado y desesperado".
Desde que los rebeldes hutíes tomaron la capital Saná en 2014, Yemen se ha visto devastado por la guerra y sus consecuencias, con cientos de miles de muertos directos e indirectos, millones de desplazados y hambruna a gran escala.
El conflicto que enfrenta los rebeldes, respaldados por Irán, y las fuerzas gubernamentales, apoyadas por Arabia Saudita, ha hundido al país en una de las peores tragedias humanitarias del mundo.
Los insurgentes controlan amplios segmentos del país, esencialmente en el norte, donde se encuentra Saná. Perseguido por los rebeldes, el gobierno se instaló temporalmente en Adén.
El museo militar de la ciudad, cuyo edificio databa de 1918, fue bombardeado durante la guerra y saqueado en una fallida ofensiva de los hutíes sobre Adén en 2015.
La coalición dirigida por Arabia Saudita reconoció en septiembre de 2021 haber bombardeado también una parte del edificio, señalando que era un "objetivo militar legítimo".
Más lugares de Adén fueron bombardeados, vandalizados o atacados. Otros simplemente quedaron abandonados, sin medios para mantenerlos.
Las cisternas de Tawila, reservas de agua talladas en la roca de las montañas y con varios siglos de antigüedad, solían ser uno de los monumentos más visitados de la ciudad. Ahora están cubiertas, cercadas por anárquicas construcciones.
"La ausencia de visión de Estado en materia de protección del patrimonio y de la identidad cultural del país ha tenido un impacto negativo", dice a AFP Asmahan al Alas, profesora de historia en la universidad de Adén.
Para esta especialista, el patrimonio de Yemen debería contribuir al futuro "desarrollo" del país, que antaño atraía visitantes extranjeros.
"La negligencia y la ignorancia han conducido a un nivel de pérdidas irreversible", dice la historiadora a AFP, lamentando que "la toma del poder sea considerada más importante que todo lo demás".
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