29 de septiembre de 2024 - 17:07 El ejército israelí llevó a cabo nuevos bombardeos contra Hezbollah en Líbano, dejó al menos 60 muertos este domingo, solo dos días después de haber asesinado al líder del movimiento islamista, Hasán Nasralá, junto con decenas de otros miembros del grupo.
En otro frente, Israel golpeó objetivos de los rebeldes hutíes en Yemen, en respuesta a un misil lanzado por estos insurgentes proiraníes contra el aeropuerto de Tel Aviv, que resultó en cuatro muertos según medios yemenitas.
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, advirtió que "ningún lugar está demasiado lejos" para Israel, reforzando así el compromiso del país de mantener la presión militar sobre Hezbollah, una formación chiita proiraní. Durante el fin de semana, el ejército israelí reportó haber atacado 120 objetivos en Líbano, causando fuertes explosiones y nubes de humo visibles desde el sur de Beirut, donde se produjo el bombardeo que resultó en la muerte de Nasralá.
Fuentes cercanas a Hezbollah informaron que el cuerpo del líder del movimiento fue encontrado y envuelto en un sudario, aunque aún no se ha fijado la fecha de su funeral. En el sur de Líbano, 24 personas murieron cerca de Sidón y al menos 25 más en la región este del país, mientras que 14 rescatistas también perdieron la vida en los ataques.
El ejército israelí alegó haber eliminado, junto a Nasralá, a más de 20 miembros de Hezbollah presentes en un cuartel general subterráneo. Irán, que también sufrió la pérdida de un alto comandante de los Guardianes de la Revolución en el ataque, advirtió que no dejaría sin respuesta esta acción.
La muerte de Nasralá, considerado el hombre más poderoso de Líbano, es vista como una victoria significativa para Israel, pero también plantea un futuro incierto para la región. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, celebró el ataque, afirmando que "saldamos nuestras cuentas con el responsable del asesinato de innumerables israelíes".
A pesar de los constantes bombardeos israelíes, Hezbollah sigue lanzando cohetes hacia territorio israelí, y el domingo se reportó que ocho proyectiles disparados desde Líbano cayeron en zonas deshabitadas en el norte de Israel.
El papa Francisco, al ser consultado sobre las consecuencias de los bombardeos en Gaza y Líbano, condenó el uso excesivo de la fuerza por parte de cualquier nación. Por su parte, Irán solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para prevenir una "guerra total" en la región.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, informó que cerca de un millón de personas podrían haber sido desplazadas debido a los ataques, lo que podría constituir el mayor desplazamiento de población en la historia de Líbano. Según la ONU, 50.000 personas han huido a Siria, mientras que más de 200.000 están desplazadas internamente.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció una operación de emergencia para asistir a un millón de personas afectadas por la violencia en Líbano.
Expertos en crisis sugieren que si Hezbollah no responde con su arsenal de misiles de precisión, podría interpretarse como una incapacidad para actuar. El conflicto actual se intensificó tras el ataque de Hamas en Israel el 7 de octubre de 2023, lo que llevó a Hezbollah a abrir un nuevo frente contra Israel en apoyo a su aliado palestino.
Israel, por su parte, asegura que sus acciones buscan restablecer la seguridad en el norte del país y facilitar el regreso de miles de habitantes desplazados. La situación en la región continúa siendo crítica, con un futuro incierto y una población civil que sufre las consecuencias de un conflicto prolongado.
AFP