Los botijas a la cancha: Recuerdos de jugadores que debutaron precozmente en primera

Carrabs casi firma en Peñarol pero terminó en Danubio, donde jugaba en todas las categorías: quinta, cuarta, reserva y suplente en la primera: “Todo el fin de semana lo tenía ocupado.

Ricardo Ortíz fue un mediocampista que fue a probarse a los 13 años a Defensor, donde a fines de los 80, a la misma edad, llegaría el volante ofensivo Marcelo Tejera, el rubio que no quiso ir a los grandes.

Eran unos gurises entrenando y jugando con futbolistas que los doblaban en la edad y que no veían los “lujos” con buenos ojos.

Carrabs, a los 15 años, debutó en Danubio ante Progreso, pero lo tuvieron que ir a buscar al liceo para que fuera a concentrar. Ortiz recuerda que, cuando le llegó su turno, enfrentando a Cerro, “el 5 rival ya tenía el pelo blanco”. Y Tejera, también con 15, más que su primer partido en primera recuerda su primer gol.

Todos coinciden en destacar el respaldo que les brindaban los jugadores mayores, y repasan algunas memorias, como el compañero que no permitía reírse para las fotos, el aburrimiento de los ejercicios tácticos y tener que mandar a sus familiares a negociar y firmar los contratos.

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