Fito Páez y denunció que su documental “La Habana de Fito” había sido sometido a manipulaciones y censuras por parte de las autoridades cubanas que lo emitieron sin su permiso.
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SUSCRIBITEFito Páez y denunció que su documental “La Habana de Fito” había sido sometido a manipulaciones y censuras por parte de las autoridades cubanas que lo emitieron sin su permiso.
Páez tuvo contacto con el viceministro de Cultura cubano de forma indirecta, a través de su manager: “Hay una ley en Cuba que no permite hablar en contra del régimen. Él (mi manager) le dice (al viceministro) 'cómo le vamos a asegurar a Fito de decir lo que quiere si está esta ley'. Decidimos no hacerlo (no proyectar el documental) en esas condiciones”. Fue entonces cuando las autoridades cubanas decidieron mostrarlo en un programa de televisión con una advertencia previa, algo que Páez califica de “movimiento infantil” y “manipulación”: “Hacen la pasada del documental en TV abierta, de un día para el otro, sin tener la autorización de Juan Pin, los derechos musicales y mi permiso para pasarlo. Eso se convierte en una provocación”. Además, “le informan al espectador que van a suceder cosas que no están bien: pasan el documental y dicen ‘acá no hay ninguna censura’ pero lo están pasando sin permiso del director y sin establecer un debate”.
“Explícitamente, después de consultarlo, dije que no autorizaba la proyección en televisión”, precisó Vilar y aclaró que lo que se emitió fue “una copia mala y robada. No es el corte definitivo”.
El gobierno dijo que Fito Páez era "un amigo de Cuba", pero el artista replicó: “Yo soy amigo del pueblo cubano, no soy amigo de ellos. Ellos no representan al pueblo cubano. Considerarme una persona manipulable habla de lo poco que me conocen y es una falta de respeto. Aquí Juan Pin no ejerció ninguna manipulación porque yo no soy manipulable y tengo mis ideas clarísimas y puedo tener los cuestionamientos que quiera respecto de lo que sea”.
Entonces aludió al tiempo que pasó desde la revolución de 1959: “Ya pasaron 64 años, caballeros. Ya está, ya se terminó. Basta de echarle la culpa al bloqueo norteamericano. Hay que buscar otras formas, una manera más inteligente para que no siga muriendo gente de hambre ni en el mar. A veces los sistemas fracasan y uno queda atrapado en una enredadera. No vale la pena una sola vida humana para que nadie sostenga una idea en favor de su propia vanidad. Ellos piensan que son Cuba pero la burocracia cubana no es Cuba. En qué momento las banderas ideológicas representan la vida de los pueblos? Eso no ha sido más que vanidad y sangre derramada en la historia, nada más”.
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