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El 13 de octubre de 1972, hace ya 50 años, el avión Fairchild FH-227 partió con 45 personas a bordo y minutos después se estrelló en las montañas, a 4.000 metros de altura. A partir de allí comenzaría una gesta de supervivencia: el Milagro de los Andes.
La gesta dio lugar a libros, películas y documentales que recorrieron el mundo y fueron traducidas a decenas de idiomas.
Entre los libros destacados se encuentran Entre mi hijo y yo, la luna de Carlos Paéz Vilaró, publicado en 1982 y que relata el proceso de búsqueda de su hijo, Carlos Páez Rodríguez, uno de los sobrevivientes.
Su hijo también publicaría dos libros, uno en 2007 (Después del día diez) y otro en 2016 (Desde la cordillera del alma).
Fernando Parrado, uno de los protagonistas de la hazaña, también editó su propio libro en 2006 al que llamó Milagro de los Andes y fue un éxito de ventas en todo el mundo.
El texto, escrito junto a Vince Rause, también fue el más vendido del año en Uruguay en la categoría no ficción.
Roberto Canessa y el escritor Pablo Vierci también publicaron un libro llamado Tenía que sobrevivir, donde el sobreviviente relata su regreso a la sociedad tras el impacto del avión y su carrera en la medicina.
En materia de ficción la película ¡Viven! se lleva todos los aplausos, no solo por ser la primera, sino también por ser una réplica fiel del libro publicado por el francés Piers Paul Read, señalado por Parrado como "la biblia de todos los libros" sobre lo que ocurrió en los Andes.
La película dirigida por Frank Marshall tiene como protagonista a Ethan Hawke, que interpretó a Fernando Parrado y a John Malkovich, que encarnó a un Carlos Páez adulto como narrador de lo ocurrido.
Otro libro, llamado La sociedad de la nieve y firmado por Pablo Vierci, también se convirtió en documental con el testimonio directo de los sobrevivientes, recreaciones de lo ocurrido y un material de archivo muy valioso.
A 50 años del Milagro de Los Andes, Roy Harley, uno de los sobrevivientes, recuerda con nitidez la primera noche que le tocó vivir, el horror de ver a familiares y amigos muertos y la resiliencia para salir a flote cuando todo estaba perdido.
Los 16 que lograron salir con vida de la cordillera permanecieron 72 días en el fuselaje del avión, con temperaturas de 30 grados bajo cero.
El resto es historia conocida. Días largos en hospitales para recuperar los kilos perdidos, contención familiar para apoyar a los héroes uruguayos que sobrevivieron a la montaña y el asombro y reconocimiento de todo el planeta, que nunca pudo entender la magnitud de lo logrado por un grupo de jovencitos uruguayos que derrotó todos los pronósticos para aferrarse a la vida.
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