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SUSCRIBITEEl líder de Los Albín y considerado mano derecha de Sebastián Marset y permaneció casi seis meses oculto en Buenos Aires.
Extraditaron a Luis Fernández Albín.
Ministerio del InteriorLuis Fernández Albín fue extraditado este jueves desde Argentina y arribó a Uruguay en horas de la mañana a la Base Aérea N.º 1. Declarará en una causa que lo ubica como una figura operativa clave del narcotráfico regional.
El "Flaco", como es conocido en el ambiente criminal, llevaba casi seis meses oculto en Buenos Aires hasta que fue detenido en un operativo solicitado por Uruguay. Su captura se concretó tras una investigación de la Policía Federal Argentina (PFA), con apoyo de información aportada por la DEA y coordinación judicial binacional.
Considerado uno de los principales colaboradores de Sebastián Marset, Fernández Albín está señalado como organizador del intento de exportación de 2.000 kilos de cocaína hacia Europa, cargamento incautado en Punta Espinillo en agosto pasado durante la operación “Nueva Era”.
Albín regresó este jueves a Uruguay, en medio de un importante despliegue de fuerzas. El traslado, realizado por la Fuerza Aérea Uruguaya, contó con un fuerte dispositivo de seguridad a cargo de la recientemente creada Unidad General de Operaciones Especiales (DIGOE) del Ministerio del Interior con el apoyo de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (DGRTID) de la Dirección de Investigaciones de la Policía Nacional (DIPN), la Dirección Nacional Centro de Comando Unificado y la Dirección Nacional de Aviación Policial.
Durante su estadía en Argentina, Fernández Albín se movió sin ostentación en el barrio porteño de Flores. Vivía en un apartamento de la Avenida Rivadavia 6338, sexto piso, propiedad de un uruguayo con antecedentes por narcotráfico, según informó el diario Clarín. Evitaba trabajos de pantalla y mantenía una rutina que, a simple vista, no despertaba sospechas.
Pasaba buena parte del día paseando a su bulldog francés, Robertina. Al allanar el apartamento, los agentes encontraron una carpeta médica de la mascota con vacunas y controles al día. Tras la detención, la perra fue revisada por veterinarios de la División Canes y entregada a una persona de confianza designada por el propio Fernández Albín.
La PFA desplegó en octubre un operativo de vigilancia que se extendió durante un mes. Dos brigadas, ocho agentes en turnos rotativos, cámaras fijas y un rastreador GPS instalado en su camioneta Volkswagen Amarok —recién adquirida— permitieron seguir sus movimientos sin que lo advirtiera.
Aunque aparentaba una vida solitaria, su esposa, Khaterine “La Chuna” Quilimas Gularte, viajaba con frecuencia desde Montevideo junto a sus hijas pequeñas. Ella fue detenida días atrás en Uruguay, acusada de lavado de activos.
Los informes de la DEA indican que Fernández Albín cruzó a Buenos Aires el 27 de junio. Llamó la atención de los investigadores que figurara saliendo hacia Uruguay sin registros de reingreso a Argentina, lo que refuerza la hipótesis de que utilizaba una identidad falsa para volver al país sin dejar rastro.
La detención en Buenos Aires se realizó por pedido de extradición de Uruguay, con intervención del Juzgado Federal N.º 1 a cargo de María Servini, la Procunar y la Fiscalía.
La fiscal de Estupefacientes Angelita Romano solicitó su captura por tres líneas principales de investigación: el intento de exportación de 2.000 kilos de cocaína incautados en Punta Espinillo; lavado de activos provenientes del narcotráfico; y la organización de dos atentados, uno contra el Instituto Nacional de Rehabilitación y otro contra la fiscal Mónica Ferrero.
El ataque contra Ferrero ocurrió el 28 de septiembre, cuando dos desconocidos ingresaron al patio de su vivienda en Montevideo, efectuaron disparos y detonaron una granada. La propia fiscal declaró que no murió “por 15 centímetros”. La investigación continúa en desarrollo.
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