27 de octubre de 2025 - 19:37 La Policía desbarató un plan para rapiñar una fiesta bailable en Salto, en la que estaban involucrados un edil del Frente Amplio, Álvaro Godoy, y su esposa, según consta en la sentencia a la que accedió Telenoche. La pareja había organizado el intento de robo y contratado a otras personas para ejecutar el plan.
El empresario Marcos Pigurina, organizador de la fiesta en el Salto Polo Club, aseguró que se enteró cuatro días antes de indicios de un posible ataque. “La Policía me alertó cuatro días antes. Me pidieron que actuara con normalidad”, dijo. La investigación confirmó que había reuniones en Montevideo y un plan de fuga, y que Godoy y su esposa conocían de primera mano la organización de Pigurina.
Según la sentencia, la pareja del edil contactó a un hombre apodado Pachi, quien involucró a su vez a dos adolescentes de 16 y 17 años y a un amigo de estos. Durante la preparación, Godoy acompañó a su esposa a reuniones en Montevideo y a un recorrido por la Rambla Costanera de Salto, donde realizaron un video mostrando la ubicación de las cámaras de seguridad, la disposición del predio y los puntos de fuga.
El plan preveía que la esposa de Godoy y uno de los adolescentes estuvieran dentro del baile controlando los movimientos de dinero, mientras que el otro adolescente y un mayor permanecían afuera disfrazados para interceptar el vehículo con el dinero. Tras el robo, la intención era reunirse en la casa de la pareja para repartir el dinero, según la investigación.
Godoy fue condenado por asociación para delinquir mediante proceso abreviado a tres meses de prisión efectiva y nueve de libertad a prueba. Su esposa fue condenada a diez meses de prisión y seis de libertad a prueba. El edil renunciará a su banca y el Frente Amplio de Salto elevará un informe al Tribunal de Conducta Política; luego, el plenario del Frente Amplio decidirá sobre su expulsión.
Pigurina explicó que la fiesta se realizó porque las detenciones se concretaron antes del evento y la Policía aseguró que no había riesgo. “Se iba a acometer en la vía pública, no en el evento, pero si algo no cerraba, el evento se iba a suspender”, afirmó. Además, durante la fiesta hubo policías infiltrados para garantizar el desarrollo normal del baile: “Los propios policías estaban disfrazados; había pulseras y accesos previos para que no tuvieran que mostrar su identificación”, agregó.
Por último, el empresario descartó que existiera una deuda con Godoy: “No había deuda pendiente de un lado ni del otro, más allá de la parte empresarial del boliche, nada”, aseguró.