A un mes de que la joven Camila Rodríguez fuera hallada sin vida a pocos metros de su casa de Barros Blancos, la investigación continúa sin avances.
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SUSCRIBITEA un mes de que la joven Camila Rodríguez fuera hallada sin vida a pocos metros de su casa de Barros Blancos, la investigación continúa sin avances.
El jefe de Policía de Canelones, Hernán López, confirmó a Telenoche que hasta el momento no se ha avanzado y que las pericias realizadas no arrojaron resultados que permitieran avanzar en la investigación.
Hace poco más de una semana, la jueza María Morales, admitió a Telenoche que el caso "se está haciendo cada vez más difícil".
Morales explicó que uno de los puntos que dificulta el trabajo de los investigadores es la inexistencia de testigos.
"Seguimos trabajando, se están tratando de seguir algunas líneas de investigación, pero no se descarta ninguna", dijo la magistrada.
Morales aseguró que este ha sido uno de los casos más complejos e impactante que le ha tocado enfrentar en su trayectoria, entre otras cuestiones, por la corta edad de la joven y por lo que "le había tocado vivir en sus pocos años de vida".
"Es un tema que preocupa y queremos resolverlo ya", sentenció Morales cuando se cumplían casi 20 días del asesinato de la joven.
En un principio, el padrastro de Camila era uno de los principales sospechosos. Declaró el 26 de agosto en la sede Penal de Pando donde también lo hicieron algunos vecinos que aseguraban conocer el contexto familiar de la joven.
Al salir de la sede el hombre, que había sido trasladado a declarar esposado y con grilletes en sus pies, gritó "Yo no la maté ni la violé, que quede claro".
Morales finalmente lo dejó en libertad por no encontrar "méritos para dejarlo en calidad de detenido".
La directora del INAU, Marisa Lindner, aseguró a Telenoche que la institución tenía denuncias por violencia del padrastro contra Camila y sus dos hermanos, motivo por el cual estaban llevando a cabo un seguimiento.
QUIÉN ERA CAMILA. Camila tenía 14 años, era tímida y solitaria.Vivía en Barros Blancos, en una humilde vivienda con su padrastro y dos hermanos. Su madre los abandonó hace algunos años.
En el barrio todos sabían que Camila pedía y ayudaba con algunas changas a su padrastro. Fueron testigos también de malos tratos por parte del hombre a la adolescente.
Camila iba a la UTU de Barros Blancos, dónde la definen como una “buena alumna”. Según relató a Telenoche el director del centro educativo, Osvaldo Prieto, no tenía muchas inasistencias y el ir a clase no parecía ser una obligación para ella.
“Pese a su timidez y a los problemas que se notaba enfrentaba a veces llegaba sonriente”, recuerda el director.
Prieto asegura que desde UTU "se trabajó mucho" para que fuera incluida y pudiera integrarse al grupo, dónde ya tenía varios amigos.
Aunque su personalidad hacía que no se supiera demasiado sobre su vida, “había indicios” de que la joven enfrentaba “una situación difícil de pobreza” por lo que en UTU le daban útiles y ropa.
"Se notaba en su vestimenta y en que varias veces llegaba sin comer", aseguró el director.
Sus compañeros no esconden el dolor por el crimen que sufrió Camila. “El dolor se ve en sus rostros (…) están muy conmocionados”, indicó Prieto.
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