Socorristas intentan este martes encontrar sobrevivientes entre decenas de desaparecidos en una región costera del sureste de Brasil, donde lluvias "récord" provocaron deslaves que dejaron al menos 44 muertos el fin de semana.
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SUSCRIBITESocorristas intentan este martes encontrar sobrevivientes entre decenas de desaparecidos en una región costera del sureste de Brasil, donde lluvias "récord" provocaron deslaves que dejaron al menos 44 muertos el fin de semana.
"Los trabajos de búsqueda y salvamento siguen de manera ininterrumpida" desde el lunes, luego de que ríos de lodo, piedras y árboles arrasaron con precarias casas construidas en laderas, señaló la gobernación del estado de San Pablo en una nota.
Más de 680 milímetros de lluvias cayeron en 24 horas en San Sebastián, un destino playero ubicado a unos 200 km de la ciudad de San Pablo. Es el mayor acumulado en la historia de Brasil, según el gobierno del estado.
A media mañana del martes, la gobernación elevó el balance de muertos de 40 a 44.
Las autoridades informaron que 1.730 personas han sido desalojadas, mientras que otras 766 quedaron sin hogar en todo el estado.
En un hospital de la región fueron atendidas 25 personas, incluyendo seis niños, y siete permanecían en estado grave.
Mientras, un velorio colectivo debía empezar el martes en San Sebastián bajo una tienda levantada por las autoridades municipales en el centro histórico de la ciudad.
Imágenes en los medios y redes sociales mostraban a vecinos, algunos descalzos, expulsando lodo de los umbrales de sus casas con palas y azadas, al lado de maquinaria pesada que pasaba recogiendo escombros.
Pobladores en la cercana playa de Juquehy, aún sacudidos por el temporal del fin de semana, pasaron una nueva noche de angustia debido a lluvias que provocaron nuevos deslizamientos en la madrugada del martes. Unas 80 personas abandonaron sus viviendas, pero no se reportaron víctimas, dijeron las autoridades.
Las precipitaciones deben continuar en la región durante la semana, de acuerdo con el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet).
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobrevoló el lunes la zona vacacional convertida en área de desastre, y advirtió sobre el peligro del urbanismo improvisado en Brasil, donde 9,5 millones de personas viven en áreas de riesgo por deslizamiento o inundación, según cifras oficiales.
Mientras las primeras donaciones empiezan a llegar a las zonas afectadas, las autoridades exhortan a los turistas a abandonar el litoral paulista.
Pero con algunas rutas aún bloqueadas por los deslaves, varios temporadistas fueron evacuados en barco, mientras continuaba un tráfico intenso de helicópteros que iban y volvían de las zonas más afectadas.
"No había cómo salir para ningún lado", dijo a la AFP Gabriel Bonavides, que pasaba los días de asueto en una casa alquilada con amigos. "Dejamos el carro ahí y tuvimos que volver en barco", añadió el estudiante de derecho, de 19 años.
Cargando con sus pocas pertenencias, los evacuados desembarcaban en la costa, mientras a poca distancia muchos bañistas disfrutaban de un día de playa.
Otros pagaban hasta 30.000 reales (unos 6.000 dólares) por un vuelo en helicóptero para dejar el lugar, según medios locales.
Brasil sufre fenómenos extremos frecuentes, y los científicos no descartan un vínculo con los efectos del cambio climático.
En 2022, otro fuerte temporal dejó 241 muertos en la ciudad de Petrópolis, en Rio de Janeiro. AFP
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