21 de marzo de 2023 - 11:40 Adrián Martínez, quien convirtió el segundo tanto en la Bombonera para Instituto Atlético Central de Córdoba en la victoria 3-2 ante Boca Juniors, no hizo divisiones formativas, estuvo preso, trabajó como albañil y recolector de residuos y hoy triunfa en el fútbol de Argentina.
Las vueltas de la vida y del fútbol tienen actualmente a Adrián Martínez acaparando los títulos de la prensa argentina.
El domingo marcó el segundo gol de Instituto a Boca en la Bombonera en el triunfo 3-2 del equipo cordobés, pero su historia es realmente particular.
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Nunca hizo divisiones formativas, debutó en el fútbol con 22 años y antes que eso se ganó la vida de distintas maneras como albañil y recolector de residuos, pero un accidente en moto lo dejó sin trabajo.
"Inferiores no tengo, de chico mi mamá me llevaba a jugar a algunos clubes pero siempre entrecortado. Después jugué en el barrio nomás y cuando cumplí 18 me dediqué a trabajar. Tuve un accidente en la mano y no la movía, tenía una sola", recordó el futbolista.
Pero el episodio que marcó la vida de Adrián Martínez ocurrió en 2014, cuando estuvo siete meses preso por un delito que no cometió.
"Mi hermano tuvo problemas con unos chicos vecinos del barrio y le pegaron tres tiros. Mi hermano tampoco es tan bueno y entre todo el barrio le prendieron fuego la casa y nosotros fuimos presos por ese incendio. Primero estuve dos días en comisaría y automáticamente fui a la cárcel", narró el hoy deportista.
En ese entonces conoció de primera mano lo que es "quedar en la calle" y relató que adentro del sistema penitenciario "pasan muchas cosas".
"Hay mucho hambre, dormís, te bañas y te acostás en el mismo lugar. En una parte se me cruzó por la cabeza que no me iba a ir más", agregó.
Le llevó siete meses demostrar su inocencia, pero en la cárcel conoció a alguien que le dio la posibilidad de dedicarse al fútbol ya con 22 años.
"Fui al penal siete meses y de ahí empecé a jugar al fútbol. El que me llevó me daba una mano con los sueldos porque al principio no me pagaban hasta que se me fue dando", añadió.
La revancha que le dio la vida la supo aprovechar y el fútbol lo tuvo defendiendo las camisetas de Defensores Unidos donde jugó sin goce de sueldo, Atlanta, Sol de América de Paraguay y Libertad y Cerro Porteño, también del fútbol paraguayo.
Tuvo un breve pasaje por Curitiba de Brasil y ahora viste la camiseta de Instituto, club en el que fue figura en la victoria sobre Boca Juniors con un gol y una asistencia.