21 de noviembre de 2023 - 11:54 El término "eslabón perdido" se refiere a una hipotética forma de transición entre dos especies que se considera que están relacionadas evolutivamente. La especie humana ha intentado descifrar diferentes etapas que podrían dar respuestas a secretos de nuestra evolución y así surgió el Hombre de Piltdown, un fraude científico que se presentó como el eslabón perdido de la humanidad.
En el pasado, la búsqueda del "eslabón perdido" se centraba en la evolución humana y en la hipotética conexión entre primates y humanos. Aunque actualmente la ciencia ha demostrado que la evolución es un proceso más complejo y que existen muchos eslabones en la cadena evolutiva, el Hombre de Piltdown apareció como respuesta a esos vacíos que se buscaban cubrir en la historia.
Es considerado uno de los mayores fraudes científicos del siglo XX y fue descubierto en 1912 en Piltdown, Inglaterra. Este particular personaje fue presentado como un eslabón perdido entre los humanos y los simios.
No fue hasta un 21 de noviembre de 1953 que las autoridades del Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido) anunciaron que era un fraude, casi una manualidad o utilería, cuidadosamente elaborada.
La comunidad científica fue timada por este personaje que había sido creado nada más ni nada menos que combinando un cráneo humano moderno con una mandíbula de orangután que había sido tratada para parecer antigua.
Por su parte, los dientes de la mandíbula fueron limados para que parecieran humanos, y los huesos habían sido tratados con ácido crómico para darles una apariencia antigua.
El descubrimiento del fraude fue el resultado de una investigación liderada por Kenneth Oakley, Wilfrid Le Gros Clark y Joseph Weiner quienes pudieron demostrar que los restos eran una falsificación cuidadosamente elaborada.
Pero ¿Quién presentó al falso eslabón?
El descubridor de los restos, Charles Dawson, había sido un coleccionista de fósiles aficionado que había estado involucrado en otros fraudes. En aquella época, el naturismo y la afición por los descubrimientos era el leitmotiv de muchas personas. Se cree que su Dawson utilizaba el fraude para suplir su deseo de obtener reconocimiento científico.
Durante años, se mantuvo el debate sobre el origen de estos restos, y lo denominaron Eoanthropus dawsonii. Estos restos fueron aceptados por la comunidad científica sin mayores análisis, debido principalmente a que era perfecto e idéntico a la idea de aquella época sobre el eslabón perdido.
No obstante, el fraude de Piltdown tuvo un impacto significativo en la comprensión de la evolución humana dado que la exposición del timo permitió a los científicos reevaluar la evidencia y reexaminar otras teorías qué habían descartado sobre la evolución.