El cambio climático no es un fenómeno del futuro: ya está afectando a Uruguay y se intensificará en las próximas décadas.
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SUSCRIBITESegún los expertos, la costa uruguaya experimentará una progresiva desaparición debido al aumento del nivel del mar.
El cambio climático no es un fenómeno del futuro: ya está afectando a Uruguay y se intensificará en las próximas décadas.
Según los expertos, la costa uruguaya experimentará una progresiva desaparición debido al aumento del nivel del mar. Este fenómeno, que amenaza especialmente a ciudades como Montevideo, está acompañado de un incremento de lluvias más intensas y frecuentes, lo que traerá consigo un aumento en los eventos de inundaciones y otros fenómenos meteorológicos adversos.
El aumento de la frecuencia e intensidad de las lluvias será uno de los principales efectos del cambio climático en el país. Con un clima cada vez más impredecible, Uruguay tendrá que adaptarse a fenómenos climáticos como tormentas intensas, ciclones, y tornados, que ya han dejado huellas dramáticas en la historia reciente del país.
Desde el ciclón mortal que azotó el sur del país en agosto de 2005, hasta el devastador tornado de Dolores en 2016, los uruguayos se han enfrentado a fenómenos cada vez más destructivos, que también se repiten con mayor frecuencia.
El cambio climático no solo traerá más lluvias, sino que también incrementará la variabilidad climática. Si antes la sequía era uno de los mayores problemas en el país, hoy parece difícil imaginar un escenario tan opuesto: lluvias torrenciales y su impacto en las infraestructuras, especialmente en las ciudades que no están preparadas para soportar precipitaciones extremas.
A pesar de los avances científicos en el pronóstico del tiempo, la precisión sigue siendo un desafío. Los expertos coinciden en que, aunque los pronósticos a corto plazo son en su mayoría acertados, la predicción de fenómenos a largo plazo sigue siendo imprecisa.
Este desafío se ve reflejado en la desconfianza popular hacia los pronósticos meteorológicos, especialmente cuando se comparan con las aplicaciones móviles que, según los especialistas, no cuentan con el análisis detallado de expertos locales.
"Las aplicaciones de pronóstico están automatizadas, y no tienen en cuenta las complejidades del clima local", señala Viviana Urbina, meteoróloga de un portal chileno.
Esta falta de especialización y la dependencia de modelos numéricos globales también ha generado discrepancias con los pronósticos de organismos oficiales como Inumet y las empresas privadas como Metsul, que a veces parecen anticipar fenómenos con más rapidez, aunque sin la rigurosidad necesaria para evitar falsas alarmas.
Ante la creciente frecuencia de fenómenos meteorológicos, los cazatormentas se han convertido en una nueva figura en Uruguay. Matías Mederos, el primer cazatormentas del país, está en la primera línea para monitorear estos eventos.
Su pasión por la meteorología lo lleva a salir con frecuencia en busca de tormentas, para analizarlas de cerca y comprender los patrones que se desarrollan rápidamente en un clima cada vez más impredecible.
"Sentir la tormenta es adrenalina", explica Mederos, quien se prepara para un futuro en el que los pronósticos meteorológicos, incluso los locales, serán aún más complicados debido a la variabilidad del clima y la intensificación de fenómenos extremos.
Según estudios recientes, el nivel del mar aumentará medio metro hacia 2050 y hasta 75 cm hacia 2090, lo que provocará la pérdida de grandes áreas de la costa uruguaya, especialmente en el Río de la Plata. La salinización de las aguas y los cambios en los ecosistemas costeros son solo algunos de los efectos que la comunidad científica ya observa con preocupación.
Un informe internacional de la cadena alemana DW, producido por Ana López Escudero y con la producción local de Ignacio Jaunsolo, señala que la capital, Montevideo, se encuentra en una zona de alto riesgo debido a la amenaza del agua. Las lluvias intensas, la subida del nivel del mar y la mayor frecuencia de tormentas pueden poner en peligro la infraestructura urbana y la seguridad de sus habitantes.
El cambio climático no es solo un desafío para el medio ambiente, sino también para la sociedad en su conjunto. Mientras se intensifican los fenómenos extremos, la pregunta sobre cómo nos adaptaremos a estos nuevos desafíos se hace cada vez más urgente. ¿Será suficiente con los pronósticos y medidas actuales, o tendremos que redoblar esfuerzos para prepararnos para lo peor?
El futuro de Uruguay dependerá de la capacidad de sus ciudadanos y autoridades para hacer frente a los nuevos escenarios climáticos.
La tendencia de lluvias más frecuentes e intensas, sumada al aumento del nivel del mar, cambiará la vida cotidiana en el país, alterando la forma en que convivimos con la naturaleza. Como indican los expertos, “debemos vivir con el cambio climático” y adaptarnos a una nueva realidad que está cada vez más cerca.
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