El pescador que cayó al agua a unas tres millas del puerto de La Paloma y, después de nadar unas cuatro horas logró llegar a tierra, contó cómo ocurrió el accidente y de qué forma logró salvarse.
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SUSCRIBITE“Caer al agua está a la orden del día. Es como tropezar con una piedra”, contó el trabajador, que volverá al mar apenas el tiempo lo permita.
El pescador que cayó al agua a unas tres millas del puerto de La Paloma y, después de nadar unas cuatro horas logró llegar a tierra, contó cómo ocurrió el accidente y de qué forma logró salvarse.
Matías Pereyra dijo que estaba descansando, se fue a abrigar “y cuando se escoró la barca” cayó al mar. “Antes de caer pegué el grito de ‘hombre al agua’ y después grité tres veces más pero no me sintieron”.
Fue así que la barca siguió su rumbo, y él resolvió no esperar “porque no era una posibilidad”: “Me puse a buscar un punto en costa y después la marea me sacó a la playa donde encalló el barco”.
Pereyra nadó cerca de cuatro horas y media, en las que sintió “adrenalina” y “diez calambres”, pero mientras tanto “aprovechaba la mar que me iba derivando hacia la costa”.
Cuando llegó a la playa, dijo, “había surfistas que se pensaron que venía con una tabla y me miraban, nomás”.
Durante su periplo en el mar se le salió el gorro dos veces pero pudo recuperarlo, algo fundamental para evitar una insolación, y tuvo miedo a la deshidratación. Finalmente, ya en tierra, llegó a la policlínica donde lo estaban esperando.
“Es un milagro y me ayudó la mar. Si fuera un día calmo, si hubiera estado dos horas en el agua me iba a pique. La mar me ayudó a tirarme para afuera, fue una ayuda. Si hubiese estado muy calmo capaz que no la contaba”.
Para Pereyra, este tipo de episodios “son accidentes, rasgos del rubro. Caer al agua está a la orden del día. Es como tropezar con una piedra”, dijo, y adelantó que volverá a hacerse a la mar “pasado mañana, cuando deje el tiempo”.
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