El barrio Marconi vive horas de mucha violencia, con una escalada de enfrentamientos armados que recrudeció en la última semana con tiroteos y tres homicidios.
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SUSCRIBITEEl barrio Marconi vive horas de mucha violencia, con una escalada de enfrentamientos armados que recrudeció en la última semana con tiroteos y tres homicidios.
El motivo del conflicto es una disputa territorial por el microtráfico de drogas entre dos bandas bien identificadas, la banda de “El Arce” y la banda de “El Bebito”, un joven de 24 años que está preso desde el pasado martes.
El último homicidio tuvo lugar el pasado sábado a las 22 horas, cuando la Policía encontró a un joven dentro de un auto, ya sin vida. El cadáver presentaba varios balazos en la cabeza y el auto tenía, al menos, nueve impactos de bala.
En la escena del crimen la Policía halló más de 20 casquillos de una pistola de 9 milímetros. Se trata del tercer crimen en los últimos días, ya que el domingo 27 de agosto un hombre de 54 años fue asesinado de un disparo en la nuca mientras estaba en su casa. La víctima era el tío de “El Arce”, un joven que lideraba una banda y fue asesinado, en mayo, a la salida de un local bailable en la Ciudad Vieja.
Por el crimen del tío de “El Arce” fue que cayó detenido “El Bebito”, junto a un adolescente de 16 años. Ambos fueron imputados por homicidio.
En represalia a este crimen un tiroteo en el Cerrito de la Victoria, registrado apenas 24 horas después, se cobró la vida de un joven de 20 años.
En términos de límites específicos, el Marconi podría delimitarse como un triángulo conformado por las calles Bulevar Aparicio Saravia, Avenida General Flores y Carreras Nacionales y es limítrofe con otros barrios donde la problemática social y de drogas es recurrente, como el barrio Borro, Jardines del Hipódromo, Casavalle, Nuevo Ellauri y Las Acacias.
El año pasado los académicos Luciana Scaraffuni y Rafael Paternain realizaron un trabajo de campo en el barrio Marconi, meses después de dos homicidios que conmocionaron al barrio, la muerte de un joven de 25 años y el asesinato de Micaela Pereira, una joven madre de cuatro niños que quedó rehén de un fuego cruzado entre bandas.
En esos talleres, realizados en centros educativos con jóvenes del barrio, la mayoría de los consultados afirmó no tener perspectivas de mejora sobre la situación de seguridad de la zona en la que nacieron y se criaron.
La mayoría también manifestó su firme intención de abandonar el barrio y mudarse cuanto antes.
“A partir de estos hechos y de la escalada de violencia en el barrio, los jóvenes debieron modificar, restringir o eliminar su movilidad, replegarse en sus casas y no poder ocupar los espacios públicos como plazas o zonas recreativas del barrio luego de las 18:00 horas. Los jóvenes aseguran que las plazas son ocupadas por los consumidores y que no se puede transitar con tranquilidad”, asegura el informe.
El testimonio de los jóvenes condice con lo narrado por la fiscal de homicidios, Adriana Edelman, quien sostiene que el barrio es rehén de un conflicto entre dos bandas criminales dotadas de un altísimo poder de fuego.
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