Luciana Pereira, rescatada tras meses de esclavitud en Brasil: "Pido justicia. Que nadie más viva lo que viví"

Los supuestos empleadores, dueños de universidades privadas, le aseguraron que la emplearían como doméstica para cuidar de un perro enfermo y que recibiría un salario por su trabajo, pero nunca recibió el pago.

“Cinco mil pesos con descuento de lo que era el curso de ella, lo que era el curso de la facultad, lo que era el curso de informática y de todos los gastos como alquiler, agua, luz, internet”, explicó Luciana. Sin embargo, las promesas quedaron sin cumplir.

Durante el tiempo que estuvo en esa casa, Luciana fue testigo de la violencia que sufría un compañero que trabajaba en condiciones similares. Este hombre, que había estado allí durante nueve años, fue golpeado y maltratado constantemente por los empleadores. Luciana relató que, debido a los abusos, este joven desarrolló trastornos mentales y, finalmente, decidió quitarse la vida. “Hasta que ese compañero se ahorca dentro de la propia casa, escondido en el garage. Yo entro en desespero y quiero agarrar mi teléfono para llamar a la policía o a la ambulancia”, dijo Luciana, quien, en ese momento, fue amenazada para que no pidiera ayuda.

Luciana también explicó que, aunque nunca sufrió abuso sexual directamente, fue testigo de los abusos hacia su compañero. “Las fotos sexuales y los abusos sexuales nunca fueron hechos en mi frente, eso dejando en claro. Sí sucedió porque era imposible decirte que yo no escuchara, pero nunca lo vi con mis ojos”, señaló.

La situación de Luciana empeoró cuando sufrió dos ACV debido al estrés y las amenazas constantes. Sin embargo, logró escapar cuando los empleadores se fueron de viaje al Caribe. Fue en ese momento cuando pudo comunicarse con sus amigos en Uruguay y contarles lo que había vivido. Cuando la Policía Federal de Brasil llegó al lugar, encontraron a una niña de 12 años trabajando.

Los tres empleadores están actualmente detenidos y a la espera de juicio. Luciana, que pidió justicia, señaló la gravedad de la situación, que a su juicio no debería ocurrir en pleno siglo XXI. "Yo lo que pido es justicia, pero en pleno siglo XXI, ¿Cómo es posible que esto haya pasado?", finalizó Luciana.