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Mirá el ciclo completo de "Desinformación, la otra pandemia"

Telenoche pretende aportar al debate y advertir sobre los efectos de este fenómeno global llamado desinformación y posverdad.

11 de febrero de 2021 - 00:00

Las noticias falsas aisladas o las campañas de desinformación estratégicamente planificadas son un serio riesgo para los sistemas democráticos y una amenaza para el derecho de la ciudadanía a estar informada.

La desinformación, que circula fundamentalmente a través de redes sociales cada vez con más frecuencia y masividad, tiene el objetivo de generar confusión en la población, incidir en sus decisiones, provocar inestabilidad o distorsionar la realidad. Se detectaron maniobras de desinformación planificadas y ejecutadas desde el exterior en la última elección nacional realizada a fines de 2019. 

A lo largo de esta pandemia de COVID-19 que provoca un daño sanitario, social y económico global, las noticias falsas también se han convertido en un instrumento que conspira contra los gigantescos esfuerzos de las naciones para sobreponerse a esta situación. Uruguay tampoco ha sido ajeno a este fenómeno.

Este ciclo de Telenoche pretende aportar al debate y advertir sobre los efectos de este fenómeno global llamado desinformación y posverdad.

En el segundo capítulo Viviana Ruggiero nos habla sobre el efecto de las emociones en la diseminación de información falsa, los mecanismos psicológicos que activan las redes sociales como Facebook y Twitter, y en qué consiste el "deepfake", una nueva forma de manipulación de la realidad.


El 80% de los uruguayos cree que las fake-news son peligrosas. La confianza que los uruguayos depositan en los medios de prensa es ampliamente superior a la que tienen en las redes sociales.

Según un informe de Opción Consultores el 54% de los uruguayos afirma tener confianza en la información que brindan los informativos, diarios y programas periodísticos del país mientras que solo un 10% declara confiar en la información que circula en redes sociales. En lo que respecta a la desconfianza hacia las redes, se perciben crecimientos entre las personas de mediana y mayor edad y entre los más educados.

Solamente el 9% de los encuestados reenvía regularmente noticias que recibe a través de WhatsApp a sus amigos y un 41% declaró no hacerlo nunca. Entre estos últimos crecen los menos educados y los encuestados con bajos niveles de consumo de medios.

 

La desinformación sobre tratamientos, remedios o prevención del coronavirus genera tantos problemas como la enfermedad misma. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) ese tráfico de información, que induce al error, pone en riesgo las vidas humanas. 

Este capítulo aborda cómo la desinformación y el COVID-19 generan confusión y complicaciones en Uruguay y el mundo entero.

 

El impacto de la desinformación en los procesos electorales distorsiona el ambiente, es calificado por los especialistas como "un fenómeno de riesgo" y es grave para la democracia.

En el quinto capítulo de esta serie especial se ponen sobre la mesa las fake-news y la desinformación en las campañas políticas, la reacción que buscan en los electores y su impacto en el sistema democrático tanto a nivel internacional como en Uruguay.


En la entrega final del ciclo “Desinformación, la otra pandemia”, nos enfocamos en lo ocurrido en la última campaña electoral, cuando la maquinaria de fake news desembarcó definitivamente en la política uruguaya.

Desde enero de 2019 hasta la segunda vuelta electoral se registraron más de 4.5 millones de mensajes en Twitter sobre temas políticos. Estos mensajes fueron creados por cerca de 200.000 usuarios. Si bien a lo largo del proceso electoral más de 200.000 personas participaron de la conversación, el núcleo duro que habla de política de forma habitual no supera los 20.000 usuarios.  


Un fenómeno mundial que también se instaló en Uruguay fueron los “bots”, un pequeño programa informático que emula el comportamiento de un usuario en una red social.

Los bots fueron protagonistas principalmente en la primera parte de la elección cuando no se había elegido un candidato para cada partido político. En Uruguay activamente participaron solo unos 2.000 bots.

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