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SUSCRIBITESe podría decir que este artículo es oportunista. Pero vale la pena destacar el modelo de la Bundesliga (la liga alemana), que trasladó el éxito de su gestión interna a la performance de sus clubes que participan en la Champions League: este martes por las semifinales de dicho torneo, el Bayern Munich goleó 4 a 0 al Barcelona, y este miércoles el Borussia Dortmund le ganó 4 a 1 al Real Madrid.
La liga alemana tiene un funcionamiento prácticamente perfecto: es rentable, competitiva, justa y atractiva. En la Bundesliga se cuida al hincha, las entradas son asequibles, los horarios razonables y los clubes tiene limitación en su propiedad, control financiero y una apuesta clara y evidente por las divisiones inferiores. La alemana tal vez no sea la liga más seguida ni la que acapare las mayores estrellas, pero la realidad de sus clubes en el máximo torneo continental merece que su modelo sea destacado.
Luego del 2002, año en que el Bayer Leverkusen llegó a la final de la Champions y el Borussia Dortmund a la de la UEFA, la quiebra del operador Kirch Media, cuyo contrato televisivo proporcionaba el 31% de los ingresos de los clubes de la Bundesliga, supuso un caos en los despachos porque desmoronaba todas las previsiones económicas.
Primero el hincha
Hoy, la Bundesliga es la segunda competición que más ingresos genera (solo está por detrás de la Premier) y es la que más crece. Logró reducir las deudas de sus clubes y hacer su torneo más competitivo: en los últimos diez años tuvo cinco campeones diferentes. Además, le quitó a la liga italiana una plaza en la Champions League gracias al buen rendimiento de sus equipos. Según analistas, se podría convertir en un mediano plazo en la liga europea más importante
El calendario de la liga está rigurosamente organizado de principio a fin. Los horarios y precios están pensados para los hinchas. Una entrada vale alrededor de 22 euros, lo que la diferencia enormemente de otras como la Premier o la liga española, cuyos precios son más caros. Los abonados no pueden superar el 50% del aforo del estadio del club, ya que se busca que queden asientos libres para que todos los aficionados puedan ver a su equipo. De ese 50% restante, se reserva un mínimo de 10% para los visitantes, que reciben facilidades para el transporte junto a la entrada.
Esto dio resultados notables. La DFL (Liga Alemana de Fútbol) publicó en 2012 un informe con algunos detalles de los resultados de la temporada 2011/12: se vendieron 44.293 entradas promedio por partido (un crecimiento de más del 5% respecto del año anterior) y los estadios estuvieron siempre a más del 90% de sus capacidades.
Los clubes, en su mayoría, funcionan como sociedades mixtas, mezcla de capitales privados y socios. A menos de que hayan probado su responsabilidad con un club por más de 20 años, ninguna empresa puede retener más de la mitad del capital.
Fútbol vertical y cantera
En los últimos años, Alemania decidió abandonar el juego físico y rocoso y decidió apostar por la velocidad y la posesión del balón. La filosofía de Jürgen Klinsmann (continuada en la selección por Joachim Low), ha sido seguido por equipos ganadores como el Werder Bremen de Tomas Schaaf, el Stuttgart de Veh, el Hoffenheim de Rangcik, el Bayern Munich de Heynckes o el actual Borussia Dortmund de Jürgen Klopp.
Desde el 2007 al 2012 la inversión en las divisiones inferiores aumentó de 48 millones de euroes a 70. El éxito de este sistema quedó demostrado: el porcentaje de jugadores menores de 23 años en la Bundesliga pasó del 6% al 15%.
Además, en los últimos años aparecieron jugadores de la talla de Mario Gotze, Matts Hummels, Marco Reus, Mesut Ozil, Toni Kroos y Thomas Muller, lo que hizo que se revalorizará a los jugadores alemanes por encima de los extranjeros.
Sistema financiero de los clubes
El 51% de las acciones de un club son propiedades de los socios. Con esto, se evita que empresas o jeques, tan de moda hoy, puedan hacerse con el dominio de un equipo.
Los derechos de televisión se negocian colectivamente, son equilibrados y se basan en la posición de un equipo en la tabla: el Bayern Munich percibió el año pasado 28 millones de euros; Colonia, el último en el escalafón, 14. En España, por ejemplo, Real Madrid y Barcelona reciben 140 millones y Levante, sólo 12.
Estas diferencias se ven en la tabla de posiciones: mientras en España hay dos ligas (la del Real Madrid y Barcelona, y la de los mortales), en Alemania hay equivalencias más allá de la escandalosa diferencia en este torneo del Bayern Munich, que le sacó 20 puntos al Borussia Dortmund.
Además, la DFL tiene un rígido control de la estructura económica de sus clubes. Es más, para conseguir la licencia requieren de una auditoría externa que certifique que no tienen pérdidas.
Según el último informe económico de la UEFA, la deuda conjunta de los 18 clubes alemanes es casi cero y en la temporada anterior tuvieron unos beneficios conjuntos de 52 millones de euros.
Más allá de que el Borussia y el Bayern lleguen o no a la final de Wembley, la paliza que le propinaron a los equipos españoles en los partidos de ida hace que su modelo deba ser analizado. Seguramente el éxito de esta campaña tenga que ver con el funcionamiento de una estrategia casi perfecta.
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