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SUSCRIBITERestos de una decena de especies de animales extinguidos hace más de 10.000 años fueron localizados en Uruguay, un hallazgo que tiene "mucha importancia" para tratar de determinar si tuvieron algún tipo de relación con el hombre, destacaron científicos uruguayos.
Los hallazgos fueron realizados por el investigador autodidacta Federico López durante la última década en la cuenca del río Santa Lucía, cerca del límite entre los departamentos de Canelones y Lavalleja, próximos a Montevideo.
López localizó "restos óseos de una decena de mamíferos extinguidos" y luego de ser sometidos a estudios de carbono 14 se llegó a la conclusión que tienen "entre 11.000 y 10.000 años de antigüedad", destacó a Efe el doctor en paleontología Martín Ubilla, de la Facultad de Ciencias de Uruguay.
Entre los restos fósiles descubiertos hay mandíbulas de glyptodones, dientes de toxodon, un animal parecido a los actuales hipopótamos, y fragmentos de mandíbulas de macrauchenias, similares a los actuales camellos.
También se localizaron restos de dos tipos diferentes de caballos, de dos especies de perezosos gigantes y de ciervos.
Ubilla, que encabezó los trabajos de la clasificación de los restos, destacó que la "importancia" del descubrimiento está dada porque "indica" que tipo de animales vivieron en lo que hoy es Uruguay hace "pocos miles de años".
"Nos revela hasta cuando sobrevivieron y abre una incógnita sobre su posible relación con el hombre", agregó.
En sus trabajos de campo López localizó otros elementos arqueológicos que "podrían vincular" algunas de esas especies de animales extinguidas con el hombre, "pero ese es otro campo de estudio", destacó el paleontólogo.
López encontró también una piedra trabajada a mano y con forma de disco que presume perteneció a los primeros grupos humanos que ocuparon el territorio que hoy es Uruguay, denominados paleo indios.
En declaraciones al diario local El País publicadas este viernes, López mostró su "convencimiento" de que hubo una relación temporal entre las especies extinguidas y el hombre: "al menos habitaron en una misma época y en un mismo contexto", estimó.
Para que la ciencia avale este extremo se necesitan otras evidencias y elementos que lo confirmen.
Si un mastodonte fue comido por estos grupos humanos, "es necesario encontrar huesos quemados en un fogón, marcas de cortes o herramientas asociadas a ellos", explicó López.
El investigador consideró "relevante" que varios de los huesos localizados tengan marcas que podrían ser cortes realizados por el hombre para alimentarse.
EFE
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