30 de septiembre de 2016 - 00:00 Las declaraciones del presidente filipino, Rodrigo Duterte, vuelven otra vez a recorrer el mundo. Hoy se comparó hoy Adolf Hitler y afirmó que quiere matar a los tres millones de drogadictos que dice que hay en el país, al que regresó esta madrugada tras un viaje oficial de dos días a Vietnam.
Esta no es la primera vez que Duterte amenaza con matar a los drogadictos. "A todos ustedes que andan con drogas, a ustedes, hijos del diablo, de verdad que los voy a matar", gritó a principios de mayo durante su último mitin de campaña en la capital de su país, Manila, antes de las elecciones presidenciales.
El primer mandatario, que calificó hace pocas semanas de "hijo de puta" a Barack Obama, volvió a arremeter contra Estados Unidos y la Unión Europea por sus críticas a su violenta campaña contra las drogas, que según cifras oficiales ha dejado más de 3.500 muertos desde el pasado 30 de junio, cuando el mandatario tomó posesión del cargo.
"EEUU y la UE, me podéis llamar lo que queráis pero a mí nunca me ha gustado la hipocresía como a vosotros".
Duterte es conocido por su exabruptos, lenguaje soez y por su impulsividad. Se ha negado a reunirse con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tildó a las Naciones Unidas de "inútil" y amenazó con sacar a Filipinas de la organización. Sin embargo, el presidente goza de una popularidad del 91% en su país.
EFE