26 de septiembre de 2024 - 14:37 El presidente Luis Lacalle Pou participó por última vez durante su mandato de la asamblea general de las Naciones Unidas (ONU), donde ofreció un discurso en el que abogó por la libertad y la justicia en el comercio, la apertura de los mercados y la sostenibilidad de las economías. Además, como se había adelantado, dedicó varios minutos para referirse a la situación de Venezuela y condenar el régimen violatorio de los derechos humanos de ese país.
“Estoy convencido de que la globalización se va a profundizar cada vez más y es una excelente oportunidad para entendernos más, conocernos más y aprovechar las sinergias del encuentro de distintas culturas. Eso va a ser posible siempre y cuando seamos respetuosos y tolerantes de aquellos que piensan distinto”, dijo el presidente, que señaló que los jefes de Estado tienen la"obligación " de"profundizar el criterio de libertad y justicia, sobre todo en el ámbito internacional”.
“Son necesarios mecanismos justos, donde el derecho internacional se aplique a todos por igual. Tenemos que colaborar en construir un derecho internacional creíble y sólido”, puntualizó, porque lo que se firma y no se cumple lo erosiona.
“Ha llegado la hora de actuar por Venezuela”
Lacalle Pou manifestó que “este mundo moderno donde los discursos generan acciones” “nos obliga a ser más cuidadosos al momento de estimular la unidad y no la desunión interna y entre las naciones”.
En ese sentido, apuntó que “la dinámica política ha llevado a que algunos líderes hagan de la desunión una herramienta, para llegar al poder y para mantenerse en él, porque una cosa es defender creencias y valores propios o de un conjunto de individuos y otra es atacar las creencias y la vida de otras comunidades”.
Más adelante, subrayó que “en algunos países, la práctica defectuosa tanto de la democracia formal como la democracia material hace que la libertad sea un bien escaso”, como en Venezuela.
“Siempre estuvimos lejos de ese régimen autoritario e intolerante, que ha atentado contra la libertad y el bien común y muchos gobiernos y líderes mundiales han mirado para el costado por falta de interés o, lamentablemente, por interés”.
Para el presidente, “ya no se trata de presentar las actas de las elecciones. Se trata de condenar el fraude, de condenar el régimen y condenar no solo un proceso electoral viciado. Hay que hacerlo también con la persecución política, la violación de los derechos humanos , la prisión arbitraria. Ha llegado la hora de actuar por Venezuela, por los venezolanos”, dijo.
Lacalle Pou opinó que, “si la comunidad internacional es tolerante ante estas actitudes solo resta esperar saber cuál va a ser el próximo país que va a verse sometido a lo que están sometidos los venezolanos”.
Medioambiente y economía
En el siguiente tramo de su intervención, el presidente destacó el cambio generado en los últimos años en pos de una economía que no esté disociada de la sostenibilidad ambiental.
“Los que tenemos como vocación, desde muy jóvenes, el cuidado del medioambiente, siempre vimos ese divorcio entre la economía y el medioambiente”, dijo en ese sentido, y señaló que “ha habido una evolución bastante rápida al respecto. Ahora se entrelazan la economía y el medioambiente, y es una buena noticia para la Humanidad”.
Uruguay, dijo, “ha sido pionero en emitir instrumentos como bonos o acceder a préstamos donde el cumplimiento de objetivos de cuidado ambiental está entrelazado”.
Esa política “ayuda a los Estados a financiarse y a cuidar el medioambiente y el gobierno puede premiar o exigir a los productores, a los industriales” en pos de una mayor prosperidad atada a la preservación de los recursos naturales.
Sin embargo, puntualizó que “hay países contaminantes por excelencia y habemos países que estamos haciendo un enorme esfuerzo por revertir procesos y regenerar el ecosistema”. Por ello, llamó a cumplir los compromisos económicos y los objetivos ambientales a todas las naciones del mundo.
Finalmente, abogó por una mayor libertad de comercio, y condenó al proteccionismo, que , aseguró, “ha sido un freno al desarrollo de nuestros pueblos, generando un círculo vicioso donde se estimula el aislamiento”.
“Tenemos que tener como rumbo un mundo más abierto a los bienes y servicios de otros países. Eso no significa descuidar la economía doméstica. Es posible tener políticas aperturistas y, al mismo tiempo, de estímulo a lo nacional. Tenemos que construir un mundo más abierto si es que realmente creemos en la igualdad de oportunidades”, porque “la contracara es la renuncia a generar riqueza, trabajo, prosperidad”.
Como despedida, reiteró un concepto que utilizó en otra de sus participaciones ante la ONU, y dijo que “todos somos uno”.
Esa consigna, señaló, “debería funcionar como una guía cotidiana para el ejercicio del gobierno. Progresaríamos mucho más rápido y mucho más unidos”.