30 de septiembre de 2016 - 00:00 Barack Obama, Angela Merkel, el rey de España, el príncipe Carlos y hasta el presidente palestino Mahmud Abbas, entre otros mandatarios, estuvieron presentes en el entierro de ex presidente israelí Shimon Peres, que se realizó esta mañana en el monte Herzl, en Jerusalén.
En su intervención en la ceremonia, Obama exhortó a Israel a retomar el camino de la paz y comparó a Peres con "gigantes del siglo XX" como Nelson Mandela o la reina Isabel II.
Obama rescató el talante conciliador de Peres y dijo que "incluso frente a ataques terroristas, pese a repetidas decepciones en la mesa de negociación, insistió en que, como seres humanos, los palestinos debían ser vistos como iguales en dignidad a los judíos y debían por tanto ser iguales en su derecho a la autodeterminación".
En su larga y emotiva alocución, que se prolongó cerca de media hora, Obama agradeció al presidente palestino por su participación en el sepelio y dijo que su presencia era "un gesto y testimonio del inacabado negocio de la paz", que Peres tanto defendió. El presidente palestino lo escuchaba atento desde la primera fila.
Obama lamentó que Peres "nunca vio su sueño de paz cumplido en una región que vive momentos caóticos", pero recalcó que "nunca dejó de soñar y trabajar".
El presidente estadounidense recordó uno de los encuentros que mantuvo con Peres en el Despacho Oval, "bajo la imagen de George Washington" en la que "le comentó historias del pasado", pero sobre todo habló "con entusiasmo del presente y de sus planes de futuro".
"En cierto modo me recordó a muchos otros gigantes del siglo XX que tuve el honor de conocer, hombres como Nelson Mandela, mujeres como su majestad la reina Isabel, líderes que han visto tanto y cuyas vidas se expanden en semejantes momentos épicos", explicó Obama.
Y subrayó que personajes de ese porte no tienen interés en lo efímero de las "encuestas" o los últimos datos del momento, sino que hablan "desde un profundo conocimiento".
Obama resaltó que él fue el décimo presidente de Estados Unidos que se sentó a trabajar con Peres desde John F. Kennedy y señaló "que se rindió a sus encantos".
Y terminó su despedida con una frase en hebreo: "Shimon, todá rabá, jaber yacar" (Simón, muchas gracias, querido amigo).