6 de febrero de 2017 - 00:00
China aún mira con suspicacia al nuevo Estados Unidos de la era Trump, del que hasta ahora sólo ha recibido amenazas, pero recientemente ha aparecido un inesperado punto de encuentro: Ivanka, la hija predilecta del presidente y quizás su mejor arma de "soft power" o poder blando con Pekín.