25 de septiembre de 2012 - 00:00
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, arremetió en la ONU contra las medidas de austeridad y las políticas fiscales "ortodoxas" que llevan a cabo numerosos países para enfrentar la crisis, y las responsabilizó de empeorar la recesión "con repercusiones sobre los países emergentes".
"La apuesta por políticas fiscales ortodoxas ha empeorado la recesión en las economías desarrolladas, con repercusiones sobre los países emergentes", aseguró Rousseff, que inauguró las intervenciones de mandatarios internacionales en la apertura de los debates de la 67 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La brasileña explicó que "la historia ha revelado que la austeridad, cuando es exagerada y está aislada del crecimiento, es contraproducente".
Defendió, además, la marcha económica de Brasil, país que dijo que ha mantenido "altas tasas de empleo" y continúa "reduciendo las desigualdades sociales y ampliando los ingresos de los trabajadores".
Aseguró que no habrá una respuesta "efectiva" a la crisis sin "una coordinación reforzada entre los miembros de las Naciones Unidas y los cuerpos multilaterales como el G20, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)".
"Es urgente que construyamos un pacto completo a favor del reinicio del crecimiento económico mundial para contrarrestar la desesperación causada por el desempleo y la falta de oportunidades", dijo la mandataria latinoamericana.
Rousseff también dedicó un espacio de su discurso a la situación en Oriente Medio, y aseguró que la solución para la crisis en Siria no pasa por ninguna vertiente militar: "La diplomacia y el diálogo no son solo nuestra mejor opción, sino que son la única opción", subrayó.
La mandataria brasileña pidió el cese de la violencia en el país árabe, recordó que el Gobierno sirio tiene "la mayor parte de la responsabilidad por el ciclo de violencia", aunque también reconoció "las responsabilidades de los grupos armados de la oposición", que reciben "cada vez más ayuda exterior".
Poco antes de su intervención, la presidenta se reunió con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien le agradeció el apoyo de su país a la conferencia de Rio+20, "un éxito" que agradeció a Rousseff, a quien también expresó su aprecio por la contribución de cascos azules en Haití.