7 de febrero de 2017 - 00:00 La organización Amnistía Internacional (AI) denunció en un informe publicado hoy que el Gobierno sirio ha desarrollado de forma extrajudicial una campaña de ahorcamientos colectivos en la cárcel de Saidnaya, donde al menos 13.000 personas, la mayoría civiles que se cree que eran opositores, podrían haber muerto.
En total, unas 60.000 personas habrían muerto por torturas y por la privación de comida y medicinas en cárceles y centros de detención de las autoridades en Siria, según el recuento difundido hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
El director de la ONG, Rami Abderrahman, explicó que han obtenido esta cifra gracias a la información proporcionada por fuentes dentro de los aparatos de seguridad, entre los que figuran los cuerpos de la Inteligencia Aérea y la Seguridad de Estado (servicios secretos), y de la prisión militar de Saidnaya.
Abderrahman destacó que su organización ha logrado confirmar los nombres de 14.661 de los fallecidos a través de sus familias.
En algunos casos las autoridades entregaron los cadáveres de los detenidos a sus parientes, mientras que en otros los familiares recibieron un certificado de defunción de sus allegados, precisó la fuente.
En ocasiones, algunas familias se enteraron cuando las autoridades les llamaron para que firmaran una declaración en la que decía que sus seres queridos habían sido asesinados por grupos armados opositores.