11 de octubre de 2018 - 00:00 El rastro de destrucción y muerte de Michael sigue aumentando y ya son trece las víctimas que se llevó el huracán. Las autoridades estadounidenses temen que la cifra pueda incrementarse en las próximas horas, mientras avanzan las tareas de búsqueda de víctimas mortales bajo los escombros.
El ciclón que se degradó ya en aguas del Atlántico, aunque antes de que su centro saliese por la costa sureste de Estados Unidos, las graves inundaciones y fuertes vientos provocaron muertes por ahogamiento, golpes fatales en los hogares derrumbados, accidentes de tránsito y un choque contra un árbol caído.
Autoridades definieron a Michael como uno de los "más devastadores huracanes en el país desde 1851".
Antes de dirigirse al atlántico, el temporal dejó importantes lluvias en la costa sureste y vientos máximos sostenidos de 95 km/h.
Los evacuados fueron advertidos de no regresar a sus hogares, por precaución y para que los miles de soldados de la guardia nacional y efectivos policiales y de emergencia puedan proseguir con sus tareas de búsqueda y rescate de damnificados.
Aunque en toda la región hay decenas de carreteras y puentes cerrados por el ciclón, la atención sigue en la costa noroccidental de florida, donde el miércoles Michael tocó tierra con vientos de 250 km/h y una marejada ciclónica que elevó el nivel del mar en 4,2 metros.
Cuatro hospitales y once asilos de ancianos permanecen cerrados en esta región, mientras que más de 1,3 millones de familias y negocios que se encuentran sin electricidad, en cinco estados de la costa sureste de EE.UU.