1 de agosto de 2018 - 00:00 Una trama de corrupción que involucra a exfuncionarios del gobierno argentino y que tiene tintes de novela policial, acapara las portadas de los medios de comunicación en Argentina. Tres intrépidos periodistas del diario porteño La Nación divulgaron los datos que ponen en jaque a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Una estructura aceitada, montada para saquear los dineros estatales a través de los contratos de la obra pública, quedó en evidencia a través de los apuntes de un chofer, que registró el nombre, la dirección y el monto de las coimas recibidas en los últimos 10 años. El dinero se contaba de a millones y en dólares.
Cae la noche en la ciudad de Buenos Aires. Una camioneta Toyota Corolla circula por la bulliciosa metropoli, que empieza a cesar en su frenético ritmo. La rutina es similar a la de tantas otras noches: el vehículo ingresa en la cochera de un empresario que entrega un bolso con dinero adentro.
Es uno de los contratados para realizar obras y el peaje es ineludible. Una especie de Lava Jato a la argentina. En la camioneta están un silencioso chófer, Oscar Bernardo Centeno, el hombre que lo registró absolutamente todo y Roberto Baratta, ex-Secretario de Coordinación y Control de la Gestión y mano derecha de Julio de Vido, el controvertido ministro de Planificación y Obra pública, que afronta ocho causas judiciales ante la Justicia del vecino país.
Las reuniones entre el funcionario y los empresarios se dieron casi todos los días durante 10 años. Muchas de ellas en las alturas de alguna torre de Puerto Madero: los bolsos con dinero llegaban a diario a por lo menos tres lugares: la casa del matrimonio Kirchner, en las calles Juncal y Uruguay, a la mismísima Quinta de Olivos, la residencia oficial de los mandatarios argentinos y a la Jefatura de Gabinete. Se estima que solo en la camioneta Toyota Corolla se transportaron 160 millones de dólares.
El día 8 de enero hacía mucho calor en Buenos Aires. Un calor bochornoso, insoportable. El periodista de La Nación, Diego Cabot, trabajaba en su historia del día cuando recibió una caja con cuadernos repletos de anotaciones, direcciones, nombres y montos de dinero. Tenía en sus manos los detalles de una de las tramas de corrupción más escandalosas del continente.
Según él mismo relató, comenzaba un trabajo de decodificación de todo aquello y de verificación. Dos jóvenes estudiantes de periodismo de la Universidad Di Tella, Candela Ini y Santiago Nasra, se sumaron a su equipo y comenzaron el arduo camino de la investigación. Todo en un estricto silencio y sin plazos para la publicación. Fueron a cada uno de los lugares mencionados en los cuadernos, se familiarizaron con los nombres de decenas de funcionarios y empresarios, que en la noche bonaerense transitaban las calles en busca de "dólares y favores".
El trabajo fue entregado a la Justicia; los periodistas entendieron que esta tenía mayores recursos y herramientas para verificar la autenticidad de las anotaciones. Eso fue en el mes de abril. En la madrugada del 31 de julio de 2018, 12 personas fueron detenidas: exfuncionarios, empresarios y Baratta y Centeno, cayeron. Se esperan nuevas detenciones.
La causa que investiga el juez Claudio Bonadío y el fiscal Carlos Stornelli, involucra directamente a los expresidente Néstor y Cristina Kirchner, quien fue llamada a indagatoria para el 13 de agosto, al igual que De Vido, el exsecretario General de la Presidencia Oscar Parrilli y el exjefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, entre otros.