El flamante entrenador argentino de la Selección Uruguaya, Marcelo Bielsa, recordó una anécdota de un viaje en ómnibus en Montevideo que terminó por determinar que aceptara el cargo como DT de la Celeste.
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SUSCRIBITEEl flamante entrenador argentino de la Selección Uruguaya, Marcelo Bielsa, recordó una anécdota de un viaje en ómnibus en Montevideo que terminó por determinar que aceptara el cargo como DT de la Celeste.
El estratega reconoció que su deseo de pertenecer a este proyecto "tiene dos extremos muy convincentes para mí: uno son los jugadores que posee Uruguay (...) y el otro es el destinatario del trabajo de una selección, que es el ciudadano de a pie del país del que se trate".
"Los jugadores a mi no me resulta muy difícil calificarlos porque es mi oficio hace más de 40 años y tenía la certeza de que mi predilección era justificada", explicó Bielsa.
Sin embargo, en cuanto a la gente, recordó que "un día vino a pasar un fin de semana a Montevideo con su esposa y nos fuimos quedando hasta dos meses porque yo estaba sin trabajar y le dije a mi esposa para ir a Carrasco un domingo a pasar el día y que a la vuelta regresemos en transporte público, cuando se asoma el lunes y el mal humor que termina la recreación y vuelve la rutina".
"En los 45 minutos que duró el viaje se produjeron un montón de episodios que pusieron a prueba la civilidad de los que iban arriba del micro y nuestras conclusiones fueron de admiración por la generosidad con la que la gente interactuó en ese viaje amontonado, incómodos"
Destacó la "estatura" de los ciudadanos uruguayos y aclaró que al hablar de generosidad hace referencia al "respeto por lo niños, los mayores y las mujeres".
A sus 67 años, el destino de quien Pep Guardiola reconoce como "el mejor entrenador del mundo" y al único que entregaría las llaves del Manchester City, quedó ligado a la selección hasta el Mundial-2026, del que Estados Unidos, Canadá y México serán anfitriones.
Uruguay representa la tercera vez que Bielsa estampa su firma con una selección nacional.
Primero fue con Argentina (1998-2004), con la que apenas consiguió una medalla de oro olímpica en Atenas-2004.
Fracasó con la Albiceleste en el Mundial de Corea del Sur y Japón-2002 cuando gozaba de las mejores versiones de "La Brujita" Verón, "El Piojo" López, "El Burrito" Ortega, "Kily" González, Javier Zanetti y Gabriel Batistuta, entre otros.
Argentina se marchó finalizada la fase de grupos con solo un triunfo, todo lo contrario a lo que vivió en la eliminatoria sudamericana, donde se cansó de ganar (13 sobre un total de 18 partidos) y conseguir el pase con cuatro fechas de anticipación.
En Chile (2007-2011) fue una auténtica revolución.
Clasificó a La Roja al Mundial de Sudáfrica-2010 tras 8 años de ausencia mundialista, le entregó una identidad futbolística a la selección y sentó las bases de la conocida "Generación Dorada", que posteriormente ganó dos Copa América en 2015 y 2016 con Jorge Sampaoli y Juan Antonio Pizzi.
La histórica relación de amor y odio entre Chile y Argentina tiene una excepción: Marcelo Bielsa.
Para los chilenos el "Loco" alcanzó el estatus de prócer y lo pondrían en la mesa junto O'Higgins y otros padres de la patria, en cambio para los argentinos su apellido divide y han sido sus dirigidos quienes han levantado la voz para defenderlo.
Su hermano Rafael, excanciller argentino, es el actual embajador de su país en Chile.
Metódico, incluso obsesivamente meticuloso, se da por hecho que Bielsa sometió a un riguroso examen a cada jugador de la selección mayor, al trabajo en las selecciones menores, a la infraestructura deportiva de la AUF, a la misma cotidianidad montevideana. Estudió todo.
Hijo de una docente y un prestigioso abogado, una familia de intelectuales y hombres de política, Bielsa es conocido por su exigencia, pero también por la calidad de juego que desarrollan sus equipos y el espíritu de lucha que les inculca.
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