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Vecinos de coyote van por inhabilitación del local

Los vecinos de la zona aseguran que haber impedido la reapertura de Coyote es solo “el primer paso”, por lo que irán por la “inhabilitación del boliche como local bailable”.

26 de abril de 2017 - 00:00

La Intendencia de Montevideo resolvió este miércoles el cierre definitivo de Coyote, entendiendo que “no estaban dadas las condiciones” tras el cierre preventivo en octubre de 2016 luego de la muerte del joven Nicolás Cuña.

Según informó el prosecretario de la Intendencia, Christian Di Candia, el propietario del local bailable expresó dificultades para cumplir con las obligaciones impuestas para su reapertura.

Las obligaciones implicaban la reapertura por un período no superior a los dos años y una vez por semana con un plan de limpieza y de seguridad, además de un nexo vecinal para que  los vecinos pudieran comunicarse diariamente con el local.

“Esto generaba un alto costo que el empresario no está en condiciones de gastar”, explicó Di Candia.

Sin embargo, Di Candia no descartó que el local, actualmente cerrado, reabra como boliche, ya que “el local como tal, dentro de los que hay en Montevideo es uno de los que tenía mejor infraestructura”.

Por tal motivo es que los vecinos de la zona, si bien reconocen el avance de la comuna, consideran que es insuficiente.

La vecina de Reducto, Raquel Moreira, explicó a Telenoche que este es solo “el primer paso” y la “primera batalla ganada”, porque irán por la “inhabilitación del boliche como local bailable”.

“Vamos por el cambio de reglamentación, porque mañana los dueños de Coyote pueden poner otra cara, hacer todos los trámites  y abrir”.

Desde hace varios meses los vecinos del barrio venían reuniéndose con las autoridades del Ministerio del Interior para evitar la reapertura.

Según informó Moreira, el director nacional de Policía, Mario Layera les había informado en la última reunión que los reclamos eran justos y que no entendía el motivo por el que “la Intendencia priorizó las ganancias de un comerciante por encima de la problemática que suscita el boliche en la vida del barrio".

Los vecinos llevaban presentando denuncias desde el 2011, pero según explicó Moreira, "el 2016 fue una balacera tras otra, hasta que terminó en una muerte” y se resolvió el cierre.

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