13 de septiembre de 2016 - 00:00 El caso del alemán Arno Wollensak, quien apareció muerto en la playa de La Floresta el pasado 28 de agosto, conmovió a la opinión pública tanto por las condiciones en que se halló el cuerpo como por los datos sobre su vida que se dieron a conocer en los días posteriores.
Wollensak vivía en Los Cerrillos y su muerte puso al descubierto un oscuro entramado delictivo que incluye abuso sexual, pedidos de extradición de Alemania rechazados por la Justicia uruguaya y numerosas víctimas que, a través de los años, han hecho público su padecimiento en la secta que lideraba el alemán.
En la chacra de 25 hectáreas en la que habitaba vivían también su esposa Julie Ravel y Úrsula Frei, madre de Lea Laasner, una joven que lo denunció por abuso sexual.
Tras hallarse el cuerpo, las dos mujeres se convirtieron en piezas claves para el esclarecimiento del caso puesto que junto a Wollensak, abandonaron Los Cerrillos dos meses atrás y nada se supo de ellas.
Este martes, el juez de la causa, Marcos Seijas, confirmó a Telenoche que no hay registro de salida del país de las dos mujeres y que se está trabajando con el grupo designado por el director de Policía Nacional, Mario Layera, para dar con su paradero.
Días atrás en el blog Stronger After, dirigido por Katharina Meredith otras de las víctimas de la secta Licht-Oase, uno de los hijos de Frei publicó un mensaje solicitando información respecto a su madre. “Quiero saber si está viva y bien”, indicó.
Según afirmaron sus allegados, en Uruguay la mujer se hacía llamar Lisa y estuvo con Wollensak y su esposa, Julie Ravel hasta hace poco, previo a la venta de la propiedad de Los Cerrillos.
En el blog asegura que "fue severamente abusada" por Wollensak y su esposa y que es una suerte de "sirvienta" para ellos.
La joven relató a El País que su madre también vino a Uruguay con Wollensak y logró escapar de la secta cuando el alemán estuvo preso junto a su esposa por portar documentos falsos y haber ingresado al país con ellos.