Jueza se basó en testimonio de hijos de Valeria

La madre de Sosa también había cuestionado ante los medios el ambiente perjudicial de los abuelos paternos, afirmando que no era bueno que los niños de 7 y 10 años permanecieran allí.

La resolución de la magistrada obedeció a la petición de los menores, que convivieron con sus padres y abuelos paternos desde que nacieron hasta la separación de sus padres cuando tenían 5 y 8 años. Luego vivieron un año y medio con su abuela materna y desde fines de 2016 vivían en forma independiente con su madre.

Desde la separación de sus padres, ambos menores visitaban a su padre y abuelos paternos los fines de semana, además de compartir varios días durante las vacaciones. De hecho, los últimos 12 días de diciembre y más de 20 días en enero permanecieron con ellos.

Según indicó la jueza, los niños declararon en calidad de testigos en forma “clara y fundada”, tras una pericia psicológica que abaló sus condiciones para expresar su voluntad.

“No quiero ir a vivir con Iaia porque me insultaba, me decía ´inútil´"

Ambos expresaron su deseo de permanecer con sus abuelos paternos, juzgando, a su vez, la “equivocada” decisión de cambiarlos al hogar de la abuela “Iaia” (materna).

Vega entendió que “su edad, su comportamiento, sus gestos y sus expresiones” dieron “clara cuenta” de “la autonomía de su voluntad, sin incidencias adultas en las respuestas”.  “Nadie me dijo nada de lo que me iban a preguntar acá”, alegó uno de ellos.

“En la casa de mis abuelos tengo vecinos, amigos, y juego con ellos”, dijo uno de los menores, que agregó: “No quiero ir a vivir con Iaia porque me insultaba, me decía ´inútil´, ´hijo de puta´, ´guacho de mierda´, me insultó varias veces. Mi madre lo único que decía era ´no le digas eso´.

"También quiero vivir con mis abuelos porque la abuela Iaia me dijo 'inútil' y palabrotas".

El niño también dijo que de “todas las casas” donde se ha quedado, la que más le gusta es donde está ahora (abuelos paternos), porque es donde se crió y creció. “Ellos me tratan mejor, son más buenos conmigo”, expresó.  

También dijo que sus abuelos paternos le “prestan más atención”. “Mi abuela Iaia no es tanto de jugar conmigo, ni me presta atención, ella casi siempre está mirando tele o durmiendo. Ella trabaja y está mucho tiempo con el celular.”, dijo.

“Si me llevan mi Xbox y todas mis cosas a la casa de la abuela Iaia, igual no me interesa. No me interesan las cosas. Yo quiero vivir con mis abuelos porque con ellos estoy bien”, agregó al tiempo que dijo que su madre también lo insultaba. “Mi madre me insultaba, pero no sé por qué, por eso quiero vivir con mis abuelos”, manifestó ante la jueza.

"También quiero vivir con mis abuelos porque la abuela Iaia me dijo 'inútil' y palabrotas", dijo. 

“Mi padre, cuando se fue me dijo: ´espero que estés bien cuidado y protegido con los abuelos. El tata y la abuela te van a cuidar, como vos tenés que cuidar a ellos, me prometés?, ´yo le dije que sí´"

La jueza entendió, además, que “no puede predisponerse a pensar que los padres del homicida tienen también perfil homicida o violento” como lo afirmaron su abuela y tía maternas, por lo que “por sí sola”, la petición y explicación de la abuela materna “es insuficiente para descalificar a los abuelos paternos”.

PETICIÓN DEL PADRE. El padre de los niños, cuando los dejó en lo de sus abuelos les pidió que cuidaran de ellos, según relató uno de los niños. “Mi padre, cuando se fue me dijo: ´espero que estés bien cuidado y protegido con los abuelos. El tata y la abuela te van a cuidar, como vos tenés que cuidar a ellos, me prometés?, ´yo le dije que sí´, expresó uno de los niños.

MEDIATIZACIÓN DE ABUELA MATERNA. En su fallo, la jueza alegó, además, que la abuela materna agravó “las circunstancias” que enfrentan los niños por la muerte de su madre y la ausencia casi definitiva de su padre, con la mediatización del conflicto, sin antes presentar su postura ante un la Justicia.

“Estas circunstancias se ven agravadas por la exposición en público recurrente realizada por la abuela materna y por la prensa que profundizó la vulnerabilidad del derecho de los niños como afectación del derecho a la intimidad y dignidad humana", expresó la magistrada en su fallo.

“Antes de ocurrir a la sede judicial competente como lo hizo por este medio impugnativo, criticó y cuestionó la decisión en la opinión pública, ante los medios de prensa desconociendo las circunstancias en que se adoptó aquella decisión y seguramente sin medir el impacto negativo que ello causaría en los niños”, sentenció la magistrada.

TENENCIA. Pese a la determinación, Vega aseguró que “es una estadía provisoria hasta se evalúen las mejores condiciones por los profesionales intervinientes”.

La psiquiatra infantil que atendió a los niños entiende que tanto los abuelos paternos como la abuela materna, “no están en condiciones de contener” a los niños, y consideró que “dentro de los adultos”, la que podría estar en mejores condiciones de hacerse cargo es su tía materna, a quien entrevistó en conjunto con su abuela materna.

LA DECISIÓN DE ESA MADRUGADA. La magistrada alegó que la noche en que ocurrieron los hechos, se determinó que se quedaran con sus abuelos paternos porque allí los había dejado su padre y se pretendía procurar la “estabilidad física” de los niños.

Señala, además, que no pudieron contactar a la abuela materna y que hubo un diálogo informal con los niños, que manifestaron deseos de quedarse donde estaban.

Aclara que en se momento se tomó la decisión “desconociéndose la calidad de policía del homicida y la existencia de antecedentes de violencia domestica ni denuncia policial anterior por la fallecida”.

"OPINIÓN DE LOS NIÑOS NO FUE CONTEXTUALIZADA". Por su parte, la abogada de la familia de Valeria Sosa, Virginia Cáceres, dijo que no fue contextualizada la opinión de los niños y que no debieron limitarse a lo que ellos decían porque están atravesando una situación “de sumo estrés”.

“Fueron llevados ahí (casa de abuelos paternos) luego de cometido el homicidio y obviamente eso genera en los niños una responsabilidad extra”, dijo Cáceres.

Si bien no afirmó que alguien le hubiera dicho a los niños lo que debían declarar, aseguró que “están afectados por la construcción del relato” de los abuelos paternos, por lo que su discurso “no es genuino”.

Cáceres, aseguró además, que el relato de los niños resalta aspectos negativos de la madre y engrandece su padre.