DIEGO CAYOTA
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Emilia se enteró que estaba embarazada porque "sentía que algo se le movía adentro" de su cuerpo. Fue al Hospital Filtro y le dijeron que estaba embarazada de cinco meses. Tenía 17 años, vivía con la pareja de su padre y había dejado el liceo a los 16 porque "iba solo a joder".
En Uruguay, nacen casi 8.000 niños por año de madres adolescentes (entre 10 y 19 años) lo que representa el 16% del total de los nacimientos, que ascienden a unos 48.000 por año, según se desprende del documento Objetivos Sanitarios 2020 del Ministerio de Salud Pública (MSP).
Emilia tiene hoy 21 años, una hija de tres y otra de cinco meses y sigue viviendo con la pareja de su padre. Su pareja, y padre de sus hijas, vive con ella y la "llevan bien". Por ahora no piensa en volver a estudiar.
El MSP entiende que el embarazo adolescente es un "generador de inequidades que limita el ejercicio de derechos" y genera "grave riesgo para la salud integral de adolescentes y de su hijo". Emilia, sin embargo, señala que todo el proceso "fue fácil” porque siempre tuvo apoyo.
De las madres adolescentes, ocho de cada diez se habían desvinculado del sistema educativo el año anterior al nacimiento de su hijo. Como Lucero, que tenía 17 años y cursaba tercero de liceo cuando se enteró que estaba embarazada.
“Lo tuve a los 18 y no volví, después me puse a trabajar”, contó a Telenoche Lucero. La incidencia de la educación en el embarazo adolescente es directa, según los datos del MSP. Cada año adicional de escolaridad contribuye entre un 5% y 10% a la reducción de la tasa de fecundidad, según la cartera. Hoy la tasa se ubica en 58 embarazadas cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años.
El embarazo adolescente "restringe de manera objetiva las posibilidades de acceso o permanencia de las adolescentes (y en ocasiones de los varones) en los sistemas educativos y o laborales especialmente formales", según el Ministerio.
Es que un embarazo “te cambia la vida”, reconoce Lucero. “No tenía ninguna responsabilidad, ahora tengo un hijo, trabajo y me independicé”, relató.
Lucero cuenta que al principio el embarazo no fue fácil, su familia no quería que lo tuviera, pero ella “aguantó”. Cuando se hizo la primera ecografía iban 24 semanas de embarazo y ahí ya no existía la posibilidad de abortar. Así que nunca fue una opción. Después todo “fue normal” y su familia la apoyó.
Las cifras de embarazo adolescente se mantienen a lo largo de los años y el gobierno se propuso cambiar esta realidad. Para ello realizará campañas de difusión masiva para “la vivencia de una sexualidad informada, consensuada, placentera y segura”, según los objetivos trazados para este quinquenio.
En este marco, la semana pasada presentó la aplicación Gurú del Sexo que brinda información sobre salud sexual y reproductiva para jóvenes.
INTERIOR. Los departamentos que tienen mayor tasa de embarazo adolescente en el grupo de 10 a 14 años son Rivera, Salto, Cerro Largo, Treinta y Tres y Soriano mientras que en el grupo de 15 a 19 son Río Negro, Durazno, Artigas, Salto y Cerro Largo.
Departamentos como Río Negro, Cerro Largo y Rivera registran cifras de embarazo adolescente no intencional similares a la de los países de menores ingresos del continente africano.
"Este indicador traduce las inequidades y las desigualdades que tenemos. El embarazo no intencional marca mucho la desigualdad, se vincula a los sectores de menores ingresos donde hay mayores vulnerabilidades", resaltó en rueda de prensa, luego de presentar las cifras, la subsecretaria del MSP, Cristina Lustemberg.
En Montevideo, en tanto, entre el 2004 y el 2011 el embarazo adolescente disminuyó. La mayoría, en tanto, continúan concentrándose en los barrios de la periferia de la capital. Estos son también los que presentan mayores niveles de necesidades básicas insatisfechas. Este factor se repite en todo el país, ya que dos de cada diez (22,4%) de las adolescentes con dos o más necesidades básicas insatisfechas son madres.
CAMPAÑA. Un grupo de estudiantes de la UTU del barrio La Unión comenzó una campaña para incentivar a embarazadas y madres adolescentes a no dejar los estudios.
“Comenzó el año pasado en la UTU de La Unión incentivados por el caso de una compañera que quedó embarazada”, contó a Telenoche Soledad, una estudiante de la UTU de Paso de la Arena, institución en la que continuaron la campaña empezada en La Unión.
Bajo el nombre “Si yo puedo, vos también” e incentivados por el embarazo de esa compañera realizaron distintos spots de radio y televisión que se pueden ver en el Facebook.
A partir de testimonios de madres que continuaron estudiando durante y luego del embarazo, buscan incentivar a otras adolescentes a que continúen con sus estudios. “Dos estudiantes de la UTU de La Unión vinieron a contarnos y nosotros nos presentamos a los fondos del INAU y ganamos”, relató Soledad.
Los Fondos para Iniciativas de Niños, Niñas y Adolescentes (FINNA) del INAU brindan apoyo, económico y logístico, para realizar tareas de difusión. En los primeros días de octubre realizarán una jornada de difusión en la UTU y visitarán otros centros educativos para dar a conocer la campaña.
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